Alexander von Bach, restaurador del poder austríaco tras 1848

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Víctor Muñoz Fernández
Apasionado por la Historia, es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Desde pequeño le encantaba la Historia y acabó por explorar sobre todo los siglos XVIII, XIX y XX.

El barón Alexander von Bach fue una figura bastante importante en el transcurso de las Revoluciones de 1848 en Alemania. Fue el máximo impulsor del llamado “Sistema Bach”, por el cual las administraciones germanas tenían que rendir cuentas ante el Imperio Austríaco. Aunque en un principio era un defensor de las ideas liberales, acabó por abrazar la causa del emperador y promulgar leyes reaccionarias y favorables al absolutismo.

Nació el 4 de enero de 1813 en Loosdorf (Austria) en el seno de una familia bastante acomodada, pues su padre era propietario de una oficina judicial. Siempre estuvo ligado al estudio de las leyes y a la edad de 24 consiguió doctorarse en Derecho. Una vez finalizados sus estudios, se unió al servicio militar imperial durante nueve años.

Dejó el ejército cuando le convocaron para ser miembro del gobierno de Austria. Primero en 1848, fue elegido para ejercer el cargo de Ministro de justicia, pero tan solo un año después, obtuvo la cartera de Interior. En un principio, Von Bach tenía una clara mentalidad liberal y lo conocieron como el “ministro de las barricadas”. Pero aunque estaba en contra del sistema absolutista de Metternich, lo cierto es que se mostraba también como firme detractor de los revolucionarios de 1848.

La oposición popular hizo que se adhiriera a las filas conservadoras y que se sumase a sus postulados. Fue entonces cuando en marzo de 1849 ideó el llamado “Sistema Bach”, por el cual los estados germánicos adoptaron un sistema burocrático centralizado que debía responder ante el Imperio austríaco. La idea era restaurar el poder absoluto del emperador Francisco José I, así que Von Bach emprendió reformas reaccionarias como la reducción de la libertad de prensa y el abandono de los juicios públicos. Además, el político austríaco promovió el concordato que daba el control de la educación y de la vida familiar a la Iglesia Católica.

Durante el tiempo que él estuvo al frente del ministerio del Interior, las cárceles se llenaron de prisioneros políticos de todo signo: desde liberales hasta nacionalistas, pasando por republicanos y socialistas. En cambio, la libertad económica aumentó de forma exponencial a partir de 1850. Las aduanas internas fueron abolidas y los campesinos estaban exentos de sus obligaciones feudales.

Sus éxitos políticos absolutistas y reaccionarios fueron reconocidos gratamente por el emperador, quien le otorgó el título de barón (Freiherr) en 1854. Pero no era el primer título de Von Bach, puesto que también ejercía de guardián de la Academia de las Ciencias desde 1849.

Sin embargo, la Historia siempre afirma que todo lo que sube, ha de bajar. Von Bach no fue una excepción. La guerra contra Italia y Francia fue un fracaso para el Imperio Austríaco. El político tuvo que dimitir en 1859 pero le dieron el cargo de embajador ante la Santa Sede que ostentó entre 1859 y 1867.

A partir de ese año, se vio obligado a exiliarse y a permanecer completamente aislado de la vida pública. Finalmente, el 12 de noviembre de 1893 falleció en Schöngrabern (Austria).

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