Biografía de María Tudor

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María Santiago
Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, desde pequeña me he sentido atraída por el mundo de la información y la producción audiovisual. Pasión por informar y ser informada de cuanto acontece en cada rincón del planeta. Asimismo, gusto por formar parte en la creación de un producto audiovisual que posteriormente entretendrá o informará a la gente. Entre mis intereses se encuentran el cine, la fotografía, el medio ambiente y, ante todo, la historia. Considero fundamental conocer el origen de la cosas para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Interés especial en curiosidades, misterios y sucesos anecdóticos de nuestra historia.

María Tudor fue reina de Inglaterra bajo el nombre de María I. Sin embargo, es mas conocida como ‘La Sanguinaria’ o ‘Bloody Mary’, que de hecho da nombre a un famoso cóctel.

Hija del rey Enrique VIII y Catalina de Aragón, debe su sobrenombre a una buena razón.

Vida de María Tudor

Nació en Greenwich, Inglaterra, el 18 de febrero de 1516 fruto del matrimonio entre Enrique VIII de Inglaterra y su primera mujer, Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos. Su vida estuvo marcada por grandes altibajos debido a la vida de su padre.

Su madre fue repudiada cuando el rey se encaprichó de Ana Bolena y renunció a la iglesia católica.

Esta separación y el tratamiento tan cruel que estaba recibiendo su madre, junto con el cisma de la iglesia que se estaba llevando a cabo en el país, le hicieron replantearse si quería seguir bajo la religión de su madre o la de su padre, catolicismo frente a protestantismo.

Finalmente escogió permanecer al lado de su madre.

María Tudor

En 1533, tras la boda de su padre con Ana Bolena, tuvo que renunciar a su título de princesa convirtiéndose en una simple ‘lady’, siendo apartada de la línea sucesoria un año después por el Parlamento inglés.

Esto otorgaba los derechos de sucesión a su hermana Isabel, hija de Ana. Además, como humillación, debió de estar al lado de Isabel como su dama de honor.

El ambiente estaba caldeado debido a la persecución de aquellos que no abrazaban la nueva iglesia anglicana, la Torre de Londres se encontraba llena de prisioneros.

Sin embargo, la ejecución de Ana Bolena hizo que todo se calmase y más aún tras el matrimonio de su padre con su nueva esposa, Jane Seymour.

La nueva reina consiguió que María y su padre se reconciliaran, jurando ésta las nuevas leyes religiosas del país. De este matrimonio nació Eduardo, futuro heredero a la corona.

María Tudor, reina de Inglaterra

Cuando Enrique VIII murió, subió al trono Eduardo VI, pero el destino quiso que su reinado durase poco y en 1553 falleció, lo que permitió a María subir al trono como María I.

Algo que tenía claro era que quería seguir siendo fiel a la religión de su madre, la católica, lo que suponía un respiro para aquellos ingleses que profesaban tal religión.

Una de las primeras medidas que llevó a cabo fue la abolición de muchas de las leyes que había promulgado su hermano durante su reinado, llegando a encarcelar a decenas de obispos que profesaban la religión protestante.

María entrando en Londres para tomar posesión del trono

En su afán de instaurar de nuevo el catolicismo, buscó un pretendiente que tuviera la misma religión.

Por ello se fijó en el príncipe Felipe, heredero de la corona española e hijo del emperador Carlos I de España y V de Alemania.

De esta manera, también aislaría a Francia. Hubo muchas dificultades para poder llevar a cabo el matrimonio, pero finalmente el Parlamento inglés aprobó el enlace.

La boda tuvo lugar el 25 de julio de 1554 en la Abadía de Westminster.

El enlace no fue bien visto en un primer momento por los súbditos ingleses, ya que con ello veían que estarían bajo la monarquía hispánica, que era una de las principales aliadas de la Santa Sede.

Rebeliones tras la boda con Felipe II

Tras el anuncio, se produjo una grave rebelión en Kent, organizada por el embajador francés y por sir Thomas Wyatt.

La rebelión fue sofocada, pero la reina emprendió una durísima represión contra todo aquel que estuviera en contra de la reinstauración del catolicismo, cebándose con las clases de menor estatus social.

Se cree que llegó a condenar a la hoguera a casi 300 personas, encerrando a otras cientos y persiguiendo a miles. Este hecho sería el que le diera su famoso apodo.

En 1555 y tras la abdicación de su padre, Felipe, ya coronado como Felipe II, partió de Inglaterra para gobernar sus propios territorios, ya que aunque estaban casados, cada uno seguía gobernando lo países que le pertenecían.

Algo que enfureció más aún a la población fue que esto no se cumplió tal cual. María decidió apoyar a su esposo en la guerra contra Francia.

La mala suerte acompañó a los ingleses y mientras los españoles ganaban batallas, ellos las iban perdiendo, llegando a perder Calais frente al enemigo francés, cuyas tropas estaban bajo el mando del duque de Guisa. Esto produjo un gran descontento en la población que no se vería aplacado hasta su muerte.

Muerte de María Tudor

María I murió el 17 de noviembre de 1558 en el palacio de St James. A pesar de su deseo de ser enterrada junto a su madre, fue sepultada en la Abadía de Westminster.

Su muerte evitó una mayor rebelión de la que se había estado viviendo hasta el momento. Debido a que no tuvo descendencia, quien accedió al trono y fue nombrada reina fue su hermana Isabel I, la hija de Ana Bolena.

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