La villa romana de la Sagrera, descubierta en el término de Barcelona en 2011 (y a consecuencia de las obras del AVE), sigue produciendo notables descubrimientos. Esta vez se trata de una bodega, evidencia de la importancia del vino en la cultura romana.
Esta bodega, que incluía dos prensas de uva y un depósito de vino, se ubicaba junto a la mansión de la villa. Resulta evidente que ambos edificios estaban rodeados de viñedos, si bien es probable que se construyese la bodega primero y la mansión después.
En otra muestra de sofisticación tecnológica, la bodega contaba con una especie de canal o tubería de piedra, que transportaba el vino del depósito a barreños para que fuera más fácil servirlo en copas. En ocasiones previas se han descubierto tres enormes tinajas para el mosto, prensas cuadrangulares, y varias rasas de viñedos.
También se han descubierto varias habitaciones y un patio con pórtico, como es de esperar ya que esta fase de la excavación se extiende por una superficie de 9.000 metros cuadrados. Una villa de tal tamaño sólo podía pertenecer a un muy alto cargo romano, probablemente un general.
De hecho, se estima que estuvo en uso desde el siglo I antes de Cristo hasta el V después de Cristo, por lo que perteneció a una familia o serie de familias a lo largo del tiempo. También hay indicios de que la mansión se usó en un principio para uso exclusivo familiar, y posteriormente se dividió en dos zonas: la de familia, y la que se usaba para recibir a invitados por motivos políticos o de negocios. Y como es lógico en una vivienda de este tipo, se han descubierto teselas (piezas de mosaico) de gran sofisticación.
Este lujo y refinamiento no sobrevivió a la caída del Imperio Romano, pero hoy tenemos una muestra del nivel que llegó a alcanzar ésta cultura en la Península. Para conmemorar estos y otros descubrimientos, la futura estación de trenes de la Sagrera incluirá una representación del mosaico encontrado en la villa.
Imagen: CODEX
