Descubren montículos con formas de animales en Perú

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María Santiago
Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, desde pequeña me he sentido atraída por el mundo de la información y la producción audiovisual. Pasión por informar y ser informada de cuanto acontece en cada rincón del planeta. Asimismo, gusto por formar parte en la creación de un producto audiovisual que posteriormente entretendrá o informará a la gente. Entre mis intereses se encuentran el cine, la fotografía, el medio ambiente y, ante todo, la historia. Considero fundamental conocer el origen de la cosas para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Interés especial en curiosidades, misterios y sucesos anecdóticos de nuestra historia.

Durante más de siglo y medio, científicos y turistas han visitado los montículos con forma de animales como el Monte Serpiente en Ohio, credo por los indígenas de Norte América. Pero ahora han sido encontrados por el profesor de Antropología Robert Benfer, montículos con efigies de animales  en Sudamérica, quien identificó numerosos animales de tierra surgiendo sobre las planicies de la costa de Perú, una región ya renombrada por las líneas de Nazca, la ciudad en ruinas de Chan Chan y otros tesoros culturales.

Los montículos atraerán a turistas algún día”, dice Benfer. “Algunos de ellos tienen más de 4.000 años de antigüedad. Comparado con los erigidos en Norte América, que datan de entre el 400 y el 1200 antes de Cristo. Los montículos peruanos más antiguos fueron construidos al mismo tiempo que las pirámides de Egipto”.

Cabeza del cóndor

Benfer identificó los montículos que miden desde 5 metros hasta 400 metros a lo largo en cada uno de los seis valles estudiados en la costa de Perú. Los montículos son anteriores a la cerámica y probablemente fueron construidos utilizando canastas tejidas para transportar y apilando rocas y tierra.

Como las líneas de Nazca, que incluye una serie de amínales gigantes dibujados en el suelo hacia el sur, los montículos de animales se observan mejor desde un punto de vista elevado. Las imágenes de Google Earth de los montículos revelan formas de pájaros, incluyendo un cóndor gigante, una orca de 5000 años, un pato y un monstruo caimán-puma visto en los huesos y restos rupestres en la zona.

El descubrimiento de los montículos de animales donde antes no había cambia nuestra concepción de la prehistoria peruana”, dice Benfer. “Probablemente representa el zodiaco andino, lo que supone un nuevo descubrimiento. Una interpretación controvertida de que las figuras de Nazca son representaciones zodiacales se sustenta con estos montículos”.

Benfer sugiere que las estructuras podrían haber sido construidas como manifestaciones terrenales de las constelaciones que los antiguos peruanos veían en la bóveda celeste. Los montículos no solo representarían las estrellas, sino que estarían alineados con ellas. Sin ir más lejos, Benfer ha encontrado orientaciones astronómicas en cada montículo gigante.

Por ejemplo, en el yacimiento del Valle Chillon, un cóndor de barro con ojos de carbón se alinea con la Vía Láctea vista desde un templo cercano. El montículo del monstruo caimán-puma está alineado con el solsticio de verano en junio cuando se ve desde el mismo templo.

De acuerdo con Benfer, los sacerdotes astronómicos podrían haber construido los montículos y después hacer sus observaciones del cielo y hacer ofrendas a la Tierra desde las criaturas de barro. Para los antiguos, tener un calendario celestial permitía a los agricultores y pescadores prepararse para el próximo año.

Por ejemplo, saber que el 21 de diciembre había pasado era muy importante. Si no había señal de El Nino para entonces, los pescadores sabían que iban a tener otro año bueno, y los agricultores sabían que no iban a tener sequías ni inundaciones”, dice Benfer.

Anteriormente, los únicos montículos erigidos en Sudamérica fueron algunos lugares en los Andes, pero Benfer descubrió que podría haber sido simplemente el principio. “En esta sesión de trabajo de campo, he encontrado más montículos gigantes y algunos más pequeños. Volveré en junio y julio para identificar más”, dice Benfer.

Aunque parecen ser abundantes, los investigadores han pasado por alto las efigies de animales desde los primeros días de arqueología científica en Perú.

Siempre había notado que había una estructura muy grande justo al norte de Lima que se parecía a un pájaro. Pero ya que supuestamente no había montículos con animales gigantes erigidos en Sudamérica, pensé que no podría ser uno”, dice Benfer.

Dos años después, mientras estudiaba imágenes satelitales de yacimientos arqueológicos, Benfer observó lo que podrían ser unos dientes en uno de los montículos al norte de Lima. Las estructuras de dientes irregulares se habían confundido con canales de riego. Pero después de una inspección sobre el terreno de la zona, se dio cuenta de que estaba sobre el monstruo caimán-puma de Chillon Valley. Pronto encontró el cóndor cercano e identificó otros muchos animales.

Los resultados del trabajo de Benfer fueron publicados en Antiquity. La Fundación de Curtis y Mary G. Brennan apoyó el trabajo así como la junta de investigación de la Universidad de Missouri. El Museo de Antropología y Agricultura Precolombina de la Universidad Nacional Agraria de Perú aportaron sus laboratorios y el soporte técnico. El equipo de trabajo de Bernardino Ojeda, Omar Ventocilla, Andrés Ocas y Lucio Laura produjeron mapas y observaciones valiosas.

Aunque retirado, Benfer continúa con la investigación de campo en Perú y México. Su trabajo hoy se centra en la intersección entre la astronomía y la arqueología, particularmente en la relación entre los eventos celestiales y las estructuras religiosas.

 

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