Con mucha frecuencia nos llegan interesantes noticias del mundo de la historia como la que llega desde Grecia, donde el Ministerio de Cultura del país heleno ha confirmado el hallazgo de restos óseos en la tumba de Anfípolis, una antigua ciudad griega que data de entre los años 325 y 300 antes de Cristo aproximadamente, en lo que es hoy en día la región de Macedonia.
Desde el Ministerio se ha informado que uno de los esqueletos encontrado pertenece a una mujer de más de 60 años gracias a que fue identificada por los huesos del cráneo, la pelvis y la mandíbula, varios de ellos en excelente estado de conservación.
Ante este descubrimiento no han tardado en aparecer muchos rumores y uno de los que más cuerpo ha ido cobrando es que se trata de la madre de Alejandro Magno, Olimpia, persona para la que supuestamente se hubiera construido el monumento funerario donde se ha encontrado el cuerpo.
Hay que destacar que Olimpia fue una reina con mucho poder, muy activa y con una gran capacidad para influir en muchas de las decisiones sobre las campañas militares de su pueblo, por lo que se trataría de un descubrimiento de importancia en caso de que realmente sea ella.
Gracias al estudio de la morfología de otros huesos que se también encontraron en esta tumba, se ha determinado la existencia de otros cuerpos, en este caso de dos hombres de entre 35 y 45 años. Asimismo hay otra persona y se supone que son los restos de un niño muy pequeño, posiblemente un recién nacido.
De este niño se ha encontrado la mandíbula izquierda y un húmero, aunque no se ha podido determinar si se trata de un niño o una niña dado que es bastante difícil determinar el sexo del esqueleto de un niño tan pequeño porque es muy complejo.
De la quinta persona que se ha hallado solamente se encontraron unos pocos huesos, muchos de ellos bastante largos, lo que puede dar a entender que pertenecían a un adulto y también se hallaron restos de huesos incinerados.
Son nada menos que 550 los huesos que se han encontrado, unos pocos enteros y otros en varios trozos. Un detalle llamativo es que no se han encontrado dientes, solo una raíz. También se han encontrado restos de huesos de animales y todo apunta a que son de equinos.
A todo esto hay que añadir que los arqueólogos encargados de esta zona hallaron durante el pasado mes de noviembre y a una profundidad de 1,60 metros bajo la tercera cámara de esta tumba, un sarcófago de piedra caliza que en su interior tiene varios restos de un ataúd de madera y más restos humanos. Habrá que esperar para ver cómo van avanzando las investigaciones.
Crédito imágenes: Greek Ministry of Culture
