El cambio en el comercio fue clave en la caída de los mayas

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Víctor Muñoz Fernández
Apasionado por la Historia, es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Desde pequeño le encantaba la Historia y acabó por explorar sobre todo los siglos XVIII, XIX y XX.

El análisis científico de los cambios en los patrones de comercio ofrece una nueva perspectiva sobre la caída de los centros mayas del interior en Mesoamérica hace 1.000 años. Los arqueólogos, los aficionados a la historia y los medios de comunicación llevan décadas desconcertados sobre este importante proceso histórico, denominado «el colapso maya«.

Obsidiana Maya

El conservador de antropología de Museo Field, Gary Feinman explica: «Nuestra investigación sugiere que los patrones cambiantes del comercio fueron fundamentales para lo que provocó el colapso maya”. Según él, el nuevo análisis pone en duda la idea de que el cambio climático fuera la causa principal, teniendo en cuenta que algunos centros mayas, que florecieron después de la caída, se encuentran en las partes más secas de la región maya. Ahí es donde aparecen otros factores como las fracturas en el liderazgo y la guerra, pero los científicos piensan ahora que el factor clave fueron las redes de intercambio.

Los mayas no tenían las herramientas de metal, por lo que apreciaban especialmente la piedra de obsidiana (o vidrio volcánico) por sus bordes afilados que podían ser utilizados como instrumentos de corte. Los señores mayas y otras élites ostentaban el poder gracias a controlar el acceso a la obsidiana. Estos terratenientes la utilizaban para conseguir otros bienes importantes o la enviaban como regalo para fomentar las relaciones con otros líderes mayas.

Los investigadores del Museo Field han podido establecer que, antes de la caída de los centros mayas del interior, la obsidiana tendía a fluir por las redes fluviales navegables. Pero con el tiempo, este material comenzó a ser transportado a través de las redes comerciales costeras, con el correspondiente aumento de la importancia dicha zona frente al detrimento de los centros interiores.

Pero el cambio en el comercio podría haber involucrado más materiales, además de la obsidiana. El investigador y director del “Análisis de las Redes Sociales” (SNA), Mark Golitko, sostiene que otros objetos de valor para los centros del interior también fueron desapareciendo poco a poco. Los investigadores recopilaron información sobre la piedra de obsidiana recolectada en las zonas mayas. Sumando esta información al análisis químico, han conseguido identificar la procedencia de las piedras.

En total, se han identificado obsidianas pertenecientes a Guatemala, a varios lugares en el centro de México y a Honduras.

Los investigadores generaron los datos de cada uno de los cuatro períodos del Imperio Maya: Clásico (250-800 d.C.), Clásico Terminal (800-1050 d.C.), Posclásico Temprano (1050-1300 d.C.) y Posclásico Tardío (1300-1520 d.C.). Mediante el uso del software del SNA, los investigadores han podido desarrollar mapas ilustrando los sitios que tenían los mismos o similares porcentajes de cada tipo de obsidiana en cada uno de los cuatro períodos de tiempo. Estos porcentajes se utilizaron luego para inferir la estructura de la red, a través de la cual la obsidiana fue transportada por el Imperio Maya.

Una comparación de los mapas resultantes muestra que las redes del período Clásico se encuentran en el interior, en las áreas bajas cercanas a los ríos, sobre todo en lo que hoy es la parte norte de Guatemala, el estado mexicano de Chiapas, el sur de Yucatán, Belice y el oeste. Sin embargo, los mapas que llevan los datos de períodos de tiempo posteriores muestran que las redes interiores disminuyeron en importancia frente a las redes costeras, que fueron prosperando en lo que hoy es el norte de Yucatán y la costa de Belice.

Según Golitko, los datos del SNA son una forma muy visual para imaginarnos la distribución general de las redes que transportaban la obsidiana. Además, el investigador señala que las consecuencias de la ruptura del suministro de obsidiana a las partes interiores de la región maya es “una lección para el mundo cada vez más conectado” en el que vivimos hoy en día.

Feinman califica los resultados del estudio como significativos: «El uso de SNA para mostrar y analizar los datos de obsidiana gráfica nos da una nueva perspectiva sobre estos datos, algunos de los cuales han estado presentes durante años«. Pero, ya que el estudio no trata la pregunta de por qué las redes de transporte comenzaron a cambiar, el científico explica que podría haber habido cuestiones militares que hicieron las rutas de los ríos interiores menos seguros o fáciles de usar. El investigador también añadió que durante este período el transporte marítimo podría haberse convertido en más eficiente con el uso de grandes canoas.

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