Hallan la muestra de sangre más antigua en ‘Ötzi’

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Víctor Muñoz Fernández
Apasionado por la Historia, es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Desde pequeño le encantaba la Historia y acabó por explorar sobre todo los siglos XVIII, XIX y XX.

El hombre de hielo, también conocido como Ötzi, no deja de revelar cosas a los científicos. La momia de 5.300 años fue encontrada incrustada en el hielo de los Alpes de Ötztal en 1991 y, desde entonces hasta ahora, ha proporcionado una gran cantidad de información sobre el hombre antiguo. Sus últimos regalos son dos: células de sangre roja conservadas en un pañuelo alrededor de su herida de flecha y una laceración en su mano.

Ötzi continúa ofreciendo datos a los investigadores

Los primeros escáneres que se realizaron para buscar sangre en el cuerpo de Ötzi fueron infructuosos debido a que las células se degradan relativamente rápido después de la muerte. Para salvar este contratiempo, los investigadores usaron un microscopio atómico para examinar la superficie de las muestras del pañuelo.

Este procedimiento consiste en una pequeña sonda, de apenas unos átomos de grosor, que es trasladada a lo largo de la muestra. Los sensores enlazados con la sonda siguen los movimientos, detectando hasta las más pequeñas irregularidades en la superficie y creando un mapa de alta definición en tres dimensiones. El resultado no se hizo esperar y encontraron moléculas con el tamaño y la forma clásica de células sanas de la sangre.

El método de la espectroscopia de Raman fue el utilizado para confirmar que las células encontradas eran de sangre. Para ello, un láser ilumina el pañuelo y el análisis del espectro de la luz fraccionada resultante identifica las moléculas. Si las células hubiesen sido polen o cualquier otra sustancia, los investigadores podrían haberlo sabido.

En cambio, el método reveló la existencia de las bandas características de la hemoglobina. Tenían una magnitud más débil que las bandas que ofrece la sangre fresca, lo que indica el descenso de la hemoglobina con la degradación de las células. Al margen de este desgaste, las moléculas están en perfecto estado de conservación. El director del Instituto de Momias y el Hombre de Hielo en la Academia Europea en Bolzano (Italia), Albert Zink comentó que parecían “muy similares a las muestras de sangre modernas” y que es “muy interesante” ver cómo las células de sangre pueden “durar tanto tiempo”.

El láser también encontró fibrina, una proteína que se encuentra en heridas recién hechas y que ayuda a coagular la sangre. Esta proteína sólo está presente en laceraciones frescas, lo que confirma que Ötzi murió poco después de haber sido disparado por la flecha y desmiente la teoría previa de que habría fallecido varios días después.

Hasta la fecha, la sangre encontrada en Ötzi es la muestra más antigua de la que los investigadores disponen. Por eso, según Zink, la nueva técnica se usará para “examinar las momias de Egipto” en busca de sangre aún más antigua. Para el investigador este nuevo método ha abierto nuevas posibilidades en la ciencia forense: “Puede ayudarnos a llegar a una determinación más precisa del tiempo que tienen las gotas de sangre en los crímenes”.

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