La Corte Penal Internacional juzgará al primer acusado de destruir patrimonio histórico y cultural

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Celia López
Graduada en Historia y en Ciencia Política.
Destrucción de un antiguo oratorio en Tumbuctú en 2012
Destrucción de un antiguo oratorio en Tumbuctú en 2012

Durante este último año nos hemos acostumbrado a conocer a través de los medios de comunicación la destrucción de patrimonio histórico y cultural en la zona de Oriente Próximo. Estas acciones que acaban con la memoria cultural de la humanidad parece que no van a quedar impunes o que, al menos, se van a intentar perseguir de forma judicial.

La Corte Penal Internacional va a juzgar a Achmad Al Madhi Al Faqi, conocido como Abou Tourab, por la destrucción de obras de arte milenarias. Al Faqi es presuntamente miembro de un tribunal islamista asociado al grupo terrorista Ansar Dine en Malí.

Fue arrestado en Níger y se le considera el responsable de haber destruido en 2013 una decena de tumbas históricas en Tombuctú, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La población local las veneraba como sagradas, pero Ansar Dine, que se presenta como representante del movimiento de defensores de la fe, las calificó de superstición inaceptable.

En marzo de 2013 se produjo en Malí un golpe de Estado que ha llevado al país a su peor crisis desde la independencia de Francia en 1960. Actualmente cinco grupos rebeldes islamistas pelean en el país. Ansar Dine está formado por guerrilleros tuareg que regresaron de luchar en Libia bajo las órdenes de Gadafi.

Cuando se encontraban atrincherados en Tumbuctú fueron avisados por Naciones Unidas de que arrasar las tumbas del lugar sería considerado crimen de guerra. La Corte Penal Internacional publicó el pasado septiembre una orden de arresto contra Abou Tourab por ataques contra edificios consagrados a la religión y monumentos históricos, realizados entre el 30 de junio y el 10 de julio de 2012.

La fiscalía ha afirmado que hay motivos para creer que Tombuctú estuvo dominada por grupos armados asociados a Al Qaeda del Magreb Islámico y que Al Faqi formó parte del Tribunal Islámico de Tombuctú y participó en la destrucción de los edificios mencionados en la orden de arresto.

Entre los lugares atacados hay nueve mausoleos y la mezquita de Sidi Yahya, cuya construcción concluyó en 1440 y , según la leyenda, su puerta se abriría el día del fin del mundo.

Fatou Bensouda, fiscal jefe de la Corte, ha calificado de delito gravísimo la destrucción de monumentos irremplazables. Unos ataques dirigidos contra la dignidad e identidad de las poblaciones del norte de Malí, sus raíces religiosas e históricas.

Ansar Dine significa «defensores de la fe» y rechaza aquellos lugares que son sagrados del sufismo, una rama mística del Islam. Sus ideario se centra en imponer la ley islámica en Malí y mantener al país en una rigurosa teocracia.

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