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La Revolución de 1848 en Alemania

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Revolución de 1848 en Alemania

Al igual que pasara en Francia, Austria e Italia, Alemania también se vio afectada. Es importante aclarar que cuando hablamos de “Alemania”, nos referimos al territorio que formaba la Confederación Germánica y que se acabaría anexionando en su totalidad Prusia en 1871. Fue una revolución fallida, al igual que las anteriormente mencionadas, pero tuvo un gran nacionalista que la impulsó y que hizo que miles de personas salieran a la calle para defender, bandera alemana en mano, la unidad de un país fragmentado por el interés austríaco.

La Confederación Germana la componían 38 estados diferentes y el Imperio Austríaco ejercía de líder hegemónico. Esencialmente, estaba integrada por Austria; por los reinos de Baviera, Prusia, Sajonia, Würtemberg y Hannover; por 29 grandes ducados y principados; y por las ciudades libres de Bremen, Fráncfort, Hamburgo y Lübeck. Todos se reunían en una Dieta presidida por Austria en Fráncfort que funcionaba a modo de asamblea consultiva y que tenía como elemento de unidad el Zollverein.

Los movimientos que tuvieron lugar en 1848 buscaban cumplir dos objetivos. Por un lado, estaban basados en la idea de unificación de la patria alemana y, por otro, querían buscar la libertad política que erradicase el poder absoluto de los príncipes que los gobernaban los distintos estados. El movimiento que unía todas estas pretensiones y dio carácter a los protestantes se llamó “Märzrevolution”, es decir, “Revolución de marzo”. En Prusia, los revolucionarios se alzaron en Berlín y Guillermo IV les prometió una constitución democrática, así como la convocatoria de una asamblea constituyente. En Baviera, el rey Luis tuvo que abdicar y los movimientos que buscaban la unidad de Alemania fueron definiendo a Prusia como núcleo aglutinante.

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Por otra parte, la Dieta de Fráncfort se reunió en mayo de 1848 para redactar una Constitución que unificaba todos los territorios alemanes bajo el amparo de una monarquía constitucional. Por eso le ofrecieron la corona imperial a Guillermo IV de Prusia, quien la rechazó. Los diferentes estados de la Confederación Germánica se fueron reuniendo alrededor de Prusia o de Austria hasta la firma del Interim Pillnitz en 1849, por el cual ambas potencias asumían la dirección de los asuntos comunes de Alemania.

Poco tiempo después, los austríacos volvieron a imponerse sobre el territorio germano para erradicar cualquier resto de las revoluciones de marzo de 1848. En definitiva, el Imperio Austríaco volvió a restaurar el absolutismo una vez más y forzó a los gobiernos de todos los estados de la Confederación a formar parte de un aparato burocrático de carácter centralizador mediante el sistema Bach.

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