Los vestigios que quedan del Imperio Maurya

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Víctor Muñoz Fernández
Apasionado por la Historia, es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Desde pequeño le encantaba la Historia y acabó por explorar sobre todo los siglos XVIII, XIX y XX.

Charles Fossey fue el primero en descubrir los restos de la antigua ciudad de Ectabana en 1913. La urbe fue antaño la capital de los medos, conocida por todos y muy respetada. El propio Herodoto escribió: “Los medos construyeron la ciudad de Ectabana, cuyas paredes son de gran tamaño y fuerza, aumentando en círculos unos dentro de los otros”. Las excavaciones se fueron sucediendo rápidamente a partir de entonces en la India. Pronto se encontraron las ciudades de Amarna y Susa.

Restos del Imperio Maurya

El arqueólogo norteamericano Spooner, gracias a su conocimiento del sánscrito, fue llamado por el Equipo de Investigación Arqueológica Británica de la India a excavar un yacimiento en los alrededores de Kumhrar en Patna en 1912. El investigador se quedó maravillado al descubrir la antigua capital de los Maurya, por lo que siguió cavando frenéticamente durante los siguientes tres años.

El resultado fue que encontró gran cantidad de información sobre la grandeza y la forma de ser de la gente que habitó esa zona desde el año 490 a.C. hasta la desaparición del Imperio Maurya. La ciudad, llamada Pataliputra, fue fortificada en dicho año y fue la capital de la India durante más de un milenio, tiempo en el que adoptó varios nombres: Kusumpura, Palibothra y Pushpapur.

Las ruinas de Pataliputra, tras permanecer enterradas durante cerca de dos milenios, pudieron ver por primera vez la luz del sol entre 1912 y 1915, cuando el Equipo de Investigación Arqueológica Británica de la India descubrió 72 pilares pertenecientes a la gran urbe. En 1951, el historiador A.S. Altekar halló 8 pilares más y explicó que “probablemente fueron los primeros grandes pilares de piedra que construyeron los arquitectos de la India”.

Los investigadores establecieron que las 80 columnas estaban colocadas en un gran salón en filas de 10 de este a oeste y de 8 de norte a sur. Los pilares estaban hechos de piedra arenisca extraída de Chunar y cada uno se ubicaba a 4,57 metros del otro. Eran enormes monolitos de 9,75 metros de altura y tenían un brillo lustroso, muy típico del estilo arquitectónico de los Maurya. Tanto el suelo como el techo de la sala eran de madera.

Chitorgarh, el Fuerte de Chittor del Imperio Maurya, construido en el siglo VII y que ocupa casi tres kilómetros cuadrados de superficie

Hoy en día, no se puede ver completamente el gran salón puesto que está enterrado bajo tierra, revelando tan solo una de las columnas. Pero para saltear este contratiempo, se creó un modelo de la sala en 2004 y se puso a disposición del público junto con otros objetos descubiertos durante las excavaciones.

Al margen de Pataliputra, Spooner también encontró Bulandibagh. Pero no fue hasta su re-excavación en 1926, cuando J.A. Page y M. Ghosh descubrieron una estructura de madera de este-oeste muy similar a la de la otra ciudad. Se trataba de una pared hecha de pesados durmientes de madera colocados verticalmente en una doble fila, así como de traviesas que se unían a los durmientes en sentido horizontal en la parte inferior.

Los investigadores piensan que es una parte de la empalizada de madera vista por el historiador y embajador de Seleuco Nicator, Megasthenes, que escribió en su «Indica» que Pataliputra fue grande pero estrecha, con la forma de un paralelogramo.

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