Resuelven el misterio de los 450 esqueletos de bebés encontrados en un pozo en Atenas

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Celia López
Graduada en Historia y en Ciencia Política.
Fotografía de 1931, cuando los arqueólogos hallaron los esqueletos de bebé en Atenas. Crédito: American School of Classical Studies in Athens
Fotografía de 1931, cuando los arqueólogos hallaron los esqueletos de bebé en Atenas. Crédito: American School of Classical Studies in Athens

Los arqueólogos quedaron impresionados cuando desenterraron los esqueletos de 450 bebés en el fondo de un pozo en medio de Atenas. Ahora, los investigadores afirman haber resulto el macabro misterio de tantos bebés fueran arrojados en un pozo del ágora ateniense.

Los análisis de los restos han mostrado que todos los bebés, menos uno, fallecieron por causas naturales en algún momento entre el 165 a.C. y el 150 a.C. al final de período helenístico en Grecia. Sólo tres de los bebés vivieron más de tres semanas y parece que uno de ellos murió de meningitis, posiblemente debido a una infección causada al cortar el cordón umbilical. Los demás murieron de diversas enfermedades infantiles, incluyendo la deshidratación.

Los científicos que han estudiado los restos, que fueron desenterrados por primera vez en 1931, creen que los cuerpos fueron arrojados en vez de ser enterrados al estimarse que no era ciudadanos de pleno derecho. La profesora Maria Liston, antropóloga de la Universidad de Waterloo en Ontario y la profesora Susan Rotroff, investigadora del Departamento de Clásicas de la Universidad de Washington en St. Louis, afirman que los bebés fueron víctimas de una práctica macabra de la Antigua Grecia.

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Los bebés no era considerados ciudadanos griegos hasta una ceremonia que se celebraba tres días después de su nacimiento, cuando les era dado un nombre y el cabeza de familia decidía si lo iban a criar o no. Si los bebés fallecían antes de que les fuera otorgada la ciudadanía, debían ser tirados y no enterrados. La profesora Liston ha declarado que es posible que las matronas tiraran los cuerpos en el pozo cerca del Ágora porque estaba cerca de un callejón desde el que era posible acceder sin ser visto.

Los esqueletos fueron descubiertos en 1931 cuando los arqueólogos comenzaron a excavar el Ágora ateniense en el centro de la ciudad. Aparte de los templos y estatuas, fueron encontrados los cuerpos de los bebés. En aquella época, los arqueólogos pensaron que habían sido víctimas de un infanticidio en masa y que habían sido arrojados al pozo o que podrían haber sido víctimas de una plaga.

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Liston ha dicho que la mitad de los cráneos mostraban marcas causadas por una infección de meningitis. Sólo uno de los cuerpos, de un bebé de 18 meses, parecía haber sido maltratado, y puede que este sea el caso más antiguo que se conserva sobre abuso infantil. El más joven tenía múltiples fracturas en su cuerpo en diferentes grados de curación.

La profesora Liston explicó en una conferencia el pasado año que el abuso es siempre un crimen difícil de comprobar en la antigüedad, ya que las víctimas podían ser enterradas fuera del cementerio, haciendo difícil la recuperación de las pruebas. El hallazgo de Atenas podría ser la prueba del abuso infantil en el siglo II a.C.

Los arqueólogos encontraron también los restos de 150 perros en un pozo, y creen que pudieron ser sacrificados.

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