Aniversario de la Batalla de las Termópilas

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Marcelo Ferrando Castro
Después de estudiar Historia en la Universidad y tras muchas pruebas previas, nació Red Historia, un proyecto que surgió como medio de divulgación en donde encontrar las noticias más importantes de arqueología, historia y humanidades, además de artículos de interés, curiosidades y mucho más. En definitiva, un punto de encuentro para todos en donde poder compartir información y continuar aprendiendo.

Estamos ante el aniversario de una de las batallas más famosas de la Historia, la Batalla de las Termópilas (480 a.C.), en la que el mismo rey espartano Leónidas le dijo al rey Jerjes I de Persia la famosa frase “Molon Labe” (ven a por ellas), cuando le exigió que depusieran las armas y se rindiesen.

Leónidas en las Termópilas, obra de Jacques-Louis David (1814)

En cambio, los griegos lucharon ferozmente durante tres días y a pesar que fueron aniquilados en última instancia, infligieron graves daños al ejército persa, aunque lo más importante es que lograron retrasar el avance del ejército enemigo hacia Atenas, dando tiempo suficiente para que la ciudad fuese evacuada hacia la isla de Salamina.

A pesar que las Termópilas fue una clara derrota para el ejército espartano, también fue una gran victoria moral e inspiró al resto de tropas en las batallas de Salamina y de Platea.

El sacrificio heroico.
Un grupo griego de aproximadamente 7.000 hombres marchó hacia el norte en el verano del 480 a.C. para impedir el paso del ejército persa, que según fuentes antiguas tenía más de un millón de hombres, aunque la historiografía actual sitúa la cantidad entre los 100.000 y 300.000 hombres.

Los persas llegaron al paso hacia Grecia a finales de agosto o principios de septiembre y el ejército griego, ampliamente superado en número, logró mantener a raya a sus enemigos durante un total de siete días, incluyendo los tres de la batalla, hasta que su retaguardia fue aniquilada.

Desfiladero de las Termópilas

Durante dos días completos de batalla, la pequeña fuerza dirigida por Leónidas I de Esparta logró bloquear el único camino por el cual el enorme ejército persa podría pasar. Tras el segundo día de batalla, un residente local llamado Efialtes traicionó a los griegos al revelar a los persas un pequeño sendero que conducía justo detrás de las líneas del ejército de Leónidas.

Los 300.
Consciente que su fuerza estaba siendo desbordada, el rey espartano desestimó el grueso de su ejército y se quedó en la retaguardia con 300 espartanos, 700 hoplitas tespios, 400 tebanos y otros pocos cientos de hombres, intentando derrotar a Jerjes I, aunque la enorme mayoría fueron asesinados.

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