Un descubrimiento que ha sorprendido y asustado tanto a los trabajadores en las obras en la calle Djäknegatan en el casco antiguo de Malmö (Suecia) como a los viandantes que lo han contemplado. El arqueólogo Pär Särnas y su equipo están trabajando con discreción para evitar las miradas curiosas, dado el impacto que causan los veinte esqueletos encontrados durante las obras.
El grupo arqueológico ha determinado que se trata de un cementerio perteneciente al antiguo hospital de la ciudad que funcionó entre 1690 y 1820, algo sin lugar a dudas macabro ante los ojos de los espectadores. Como ha explicado Särnäs, la mayoría de los cadáveres eran enfermos y pobres y no habría sido muy costoso enterrarlos en ese lugar.
Aunque sorprende por lo impactante de las imágenes de los esqueletos, que han congregado multitudes a su alrededor desde que se extendiera la noticia, no es un descubrimiento de gran valor arqueológico, pues la existencia del hospital y su cementerio es conocida y está bien documentada por los historiadores. Con todo, el arqueólogo ha insistido en que no se conocían hasta entonces restos humanos procedentes del centro médico, ni siquiera se intuía que podría haberlos.
El equipo está extrayendo los huesos y ha contactado con la Iglesia sueca para proceder a su inhumación en un lugar más digno.