Dioniso (para los romanos Baco), era el dios del vino, la embriaguez, el éxtasis y el delirio, siendo hijo de Zeus y Semele.
Fulminada ésta por Zeus al mostrarse en todo su poder, algo que la propia Semele le había pedido inducida por Hera celosa, Zeus tomó el embrión y lo cosió a su pierna, donde, pasado el tiempo correspondiente, nació Dioniso.
Educado por las Ninfas, realizó innumerables viajes por Egipto, Siria y Frigia, al estar enloquecido por Zeus.
Recuperó la razón gracias a Cibeles, quien a su vez lo inició en su culto.
Viajaba en un carro tirado por panteras y con un séquito de Sátiros, Silenos y Bacantes (no eran sacerdotisas pero eran importantes para su culto).
Se desposó con Ariadna, una vez que fue abandonada por Teseo.
También descendió al Hades, de donde rescató a su madre, Semele, llevándola junto a los otros dioses con el nombre de Tione.
Dioniso era para los griegos el protector de las artes, principalmente del Teatro.