El siglo XVI europeo está lleno de gestas históricas en todos los ámbitos del quehacer humano, como las artes con las magnas obras de los artistas italianos, el cambio religioso que se produjo a partir del cisma de la iglesia (lo que trajo varios cambios positivos dentro de la misma) y los viajes de exploración europeos, en donde españoles y portugueses llevaron la batuta, conociendo y colonizando nuevos continentes.

Uno de los sueños de estos países europeos, (principalmente España) fue conquistar las islas de las Especias, yendo en dirección occidental, y el único que pudo realizar esta empresa casi imposible fue el navegante portugués Fernando de Magallanes.

Fernando de Magallanes y el conocimiento náutico de Portugal

En 1480 nacería el navegante portugués Fernando de Magallanes, siendo parte una familia de nobleza baja fruto de la unión entre Rui de Magallanes y Aida de Mesquita, quienes tuvieron más hijos aparte del insigne navegante.

Sobre el lugar de nacimiento no hay certezas claras, al igual que Cristóbal Colón, hay varios lugares que se disputan su nacimiento. Algunos dicen que proviene de Oporto, otros que proviene de Vila Nova, o que pertenecía a Ponte da Barca. La verdad es que, a pesar de que no se conozca el lugar exacto, sí se sabe que Magallanes era portugués.

Gracias a que su padre tuvo cargos en el gobierno y debido a su condición de noble en cuarto grado (“fidalgos de cota de armas”), Fernando de Magallanes siendo un niño, fue paje de la reina Leonor, esposa de Juan II de Portugal.

En estos tiempos, Portugal se destacaba como la nación naval más importante de Europa gracias a los estudios y adelantes que se realizaron durante la época del príncipe Enrique “El Navegante”, los cuales posibilitaron la llegada a la India de Vasco da Gama, además de confeccionar mapas y ser resguardados en los archivos reales portugueses. De esta tradición y conocimiento marino, sería heredero Magallanes.

Los primeros servicios de Fernando de Magallanes

Cuando Magallanes cumple los 24 años de edad, se alista en la flota naval portuguesa que va rumbo a la India para continuar con el comercio de especias y otras mercancías,.

No obstante, en este viaje tendría su primera acción bélica importante, salvando la vida incluso de su mejor amigo Francisco Serrao en 1509, luego de que el sultán de Malaca hiciera una emboscada a los navegantes portugueses para evitar que esta nación continuara conquistando más territorios.

Luego de esto, Portugal enviaría otra flota armada para conquistar este territorio, en la que también participaría Magallanes en 1511 tomando el puerto de Malaca, y tomando el control de las islas de las especias.

Continuaron los servicios de Magallanes a la Corona Portuguesa hasta que en 1512 regresa a Lisboa, una ciudad extraña para él ya que la riqueza de las especias había cambiado la cara de la ciudad, haciéndose más populosa y llena de riqueza,.

En 1513 el rey Manuel “el Afortunado”, buscaría la toma de Marruecos que en aquellos días estaba tomada por los piratas, y allí, Fernando de Magallanes sería herido de gravedad en una rodilla, dejándole esta pierna con defectos de por vida.

Fernando de Magallanes y el comienzo de su proyecto

En África, luego de la toma de Marruecos, Magallanes que ahora estaba herido y desvalido de una de sus piernas, es colocado en la posición de administrar las reses y caballos que habían tomado como botín. Fue en este cargo donde se desarrolló un episodio que significaría la ruptura con Portugal.

Varios animales que debía cuidar se pierden y es a él a quien culpan de venderlos a los moros. Molesto, se dirige a la corte real para dar explicaciones y limpiar su nombre, pero el rey Manuel lo toma como un desertor.

Regresa a su anterior puesto donde es respetado y al tomar las pruebas de su inocencia, regresa a la presencia del rey para demostrar que es inocente. El rey lo observa de mala gana ya que Magallanes no es sumiso y exige un mejor trato por sus servicios y heridas que ha tenido.

Manuel “el Afortunado” no gusta del marinero y Magallanes decide preguntarle si puede ofrecer sus servicios a otro rey europeo, a lo que el monarca luso responde que no le interesaba si lo hacía.

Un año más se quedaría en Portugal, haciéndose amigo de Ruy Faleiro, un astrónomo creador de instrumentos que también había sido despreciado por el rey. Estudiaría atentamente los mapas del archivo real y allí lograría ver su plan: llegar a las islas Molucas por el occidente, pasando por América.

Fernando de Magallanes da la vuelta al globo

Un aspecto clave de la personalidad de este navegante era su secretismo y el poco “don de gentes” que poseía. Es decir, Magallanes, no era un ser carismático que se hacía amar o querer por quienes estaban cercanos a él.

Todo lo contrario, su carácter taciturno le hacía tener sobre él una sombra de misterio que se juntaba con un aura de secretos que nadie podía develar. En este sentido, ¿cómo sabía Magallanes que podía atravesar América y pasar a las islas de las Especias, no como otros que prometían encontrar, sino afirmando con fundamento que tal paso existía?.

La respuesta puede estar en los numerosos mapas que investigó en Portugal, sus conversaciones con Faleiro y otros navegantes, además quizás de la intuición que tenía el navegante proveniente de sus conocimientos.

En 1517 ofrecería al rey Carlos I de España (Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico), la oportunidad de mostrar este proyecto, hablando de un paso al sur del continente americano, con el que se podía pasar a las islas Molucas, cuyo transito marino era propiedad de los portugueses.

El 10 de agosto de 1519, salía de Sevilla el navegante portugués armado con cinco barcos y una tripulación de 240 personas, rumbo a Sanlúcar de Barrameda y luego al Atlántico, en la que sería el comienzo de una hazaña sin precedentes.

El viaje de Magallanes estuvo repleto de enfermedades, tormentas y numerosos problemas que su temple de acero logró contener. Los motines que tuvo que soportar, las tormentas y los varios momentos de desesperación, hicieron que en varias ocasiones sus hombres dejaran de confiar en él, pero Magallanes siempre volvía a conseguir la confianza de su tripulación.

Como esta expedición no había nunca sido realizada por marino europeo antes (aunque podría ser que marinos portugueses conocieran el paso desde antes y que en los archivos reales lusos hayan algunas pruebas), Magallanes no conocía el lugar exacto donde debía cruzar.

Pasaron por cabos que eran callejones sin salida, hasta que lograron dar con el tortuoso camino del hoy conocido “Paso de Magallanes”.

En este paso, el navegante sufriría uno de los reveses más importantes de su travesía: los dos barcos que transportaban el alimento decidieron regresar a España, dejando sin suministros a la tripulación, haciendo que los ánimos se caldearan.

No obstante, vieron la luz cuando observaron las ballenas, y aquel laberinto tortuoso de tierra y agua se abría al océano Pacífico. Habían franqueado el continente americano, con una ruta por el sur.

El día 21 de marzo de 1521 llegaría a Filipinas, donde Magallanes y sus hombres buscarían llevar al catolicismo a los habitantes de estas tierras.

Sin embargo, en abril de 1521 se produjo un enfrentamiento entre pobladores filipinos y los navegantes españoles, donde Fernando de Magallanes sería herido y muerto, producto de lanzas y flechas envenenadas, acabando con su vida y tomando el control Juan Sebastián Elcano, quien terminaría la hazaña de llegar a España con solo 28 tripulantes de los 240 que salieron al principio.