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Se sabe desde hace mucho tiempo que los nombres que poseemos pueden representar grandes rasgos de nuestra personalidad, siendo un claro ejemplo de esto, el gran guerrero indómito de la insurgencia mexicana, Vicente Guerrero, quien desde que se unió a las fuerzas independentistas, no dejaría de hacer la guerra al imperio español en su tierra cuando la mayoría de insurgentes habían muerto o aceptado la amnistía.
Un guerrero experto en la guerra de guerrillas, luchador con las armas ante cualquier arbitrariedad, como sucedió luego de consumada la independencia con el levantamiento contra Agustín I, y un miembro importante de la primera república federal, llegando a ser el Presidente de la República que sucedería a Guadalupe Victoria una vez culminara su mandato.
Primeros años de Vicente Guerrero
La región de Tixtla, en el actual estado de Guerrero, sería el lugar que vería nacer a Vicente Guerrero el 9 de agosto de 1782, en el seno de una familia de bajos recursos, siendo sus padres Pedro Guerrero, quien se dedicaba a las faenas del campo y labores de arriero; y su madre María Guadalupe Saldaña.
Como su padre se dedicaba a ser arriero junto a otras faenas del campo, Vicente Guerrero también aprendería los secretos del oficio del padre, conociendo las montañas de Tixtla y aprendiendo de la naturaleza, la que sería su verdadera maestra en aquellos años ya que Vicente Guerrero por su condición de pobreza no aprendería en estos primeros años a leer y escribir.
En estos trabajos estaría ocupado Vicente Guerrero hasta que en 1810, el cura Hidalgo hizo el llamado a la insurrección popular, uniéndose al movimiento por intermedio de Hermenegildo Galeana, quien estuvo comisionado por José María Morelos, para la toma de Taxco.
Vicente Guerrero en los primeros años de lucha independentista.
El primer año de lucha insurgente de Vicente Guerrero tuvo varias participaciones que le hicieron ganar fama ante los ojos de sus superiores y compañeros de armas, recibió varias heridas de guerra y demostró su valor, otorgándole el General José María Morelos, quien era su superior, el grado de Capitán.
Con este grado militar tuvo la responsabilidad de dirigir las tropas que defenderían Izucar, haciendo grandes preparativos que, una vez los realistas intentaron penetrar en la plaza, las huestes de Guerrero lo impidieron con gallardía y valor, otorgándole a Vicente Guerrero la confianza necesaria para una vez terminada su misión en Izucar, acompañara al General Morelos en varios viajes por Puebla, Oaxaca y Tehuantepec.
Su relación con Morelos en estos primeros años de lucha le hicieron ganar numerosa experiencia en el campo militar y en el terreno político. Además de esto, fue ascendido al grado de Coronel.
Para 1814, Vicente Guerrero continuaba bajo las órdenes de Morelos, quien lo había comisionado a reforzar la zona costera del sur de México, tomando Vicente Guerrero el Puerto Escondido y Santa Cruz de Huatulco, para luego escoltar a los miembros del congreso de Tlacotepec.
Una vez finalizada esta misión, sería enviado para apoyar a los insurgentes Rosáins y Sesma, donde seguiría ganando fama y prestigio militar gracias a sus ataques sorpresivos.
Cuando en 1815 José María Morelos caería fusilado, la gran mayoría de insurgentes entregarían las armas apegándose a los indultos que ofrecía el gobierno del virreinato.
No obstante, Vicente Guerrero continuaría luchando en las sombras convirtiéndose en el General en Jefe del Ejército del Sur, siendo un constante dolor de cabeza para las fuerzas españolas y uno de los pocos que continuaba luchando por la libertad del Virreinato de Nueva España.
Vicente Guerrero en la Independencia mexicana.
En 1820 comenzaron a aparecer algunos indicios de que la lucha solitaria de Vicente Guerrero contra el ejército realista tendría un vuelco distinto al que había tomado desde la muerte de Morelos en 1815.
La Conspiración de La Profesa, donde miembros importantes de la sociedad mexicana buscaron evitar que se conociera la noticia de que en España Fernando VII había aceptado la Constitución de 1812, sería una de las primeras oportunidades para que Vicente Guerrero saliera del ostracismo.
Cuando se produce esta conspiración, Agustín de Iturbide sería nombrado el jefe militar realista para enfrentar la amenaza militar de Guerrero al sur del territorio.
Sin embargo, ambos jefes llegarían a un acuerdo y pactarían en el famoso ‘Abrazo de Acatempan’, lo que se llamó el Plan de Iguala, donde ambos líderes unirían sus ejércitos con el fin de que se liberara al virreinato de la influencia española, terminaran las diferencias de clases o castas y la religión católica fuese la religión oficial del territorio.
La unión de ambos ejércitos daría inicio a lo que se conoció como Ejército Trigarante, el cual sería comandado por Iturbide, logrando entrar en la Ciudad de México en 1821 y consumando la Independencia mexicana. Una vez acontecido esto, México y Vicente Guerrero comenzarían una nueva historia.
Vicente Guerrero luego de la Independencia.
Cuando en 1821 Agustín de Iturbide entra en Ciudad de México, comienza una etapa en el México independiente que se conocería como el Primer Imperio Mexicano, donde Agustín de Iturbide sería coronado como Agustín I, a pesar de que en el Congreso habían otras posturas de cómo debía administrarse el territorio.
Vicente Guerrero no estaba de acuerdo con el gobierno imperial, sino que, por el contrario, al igual que otros líderes insurgentes como Guadalupe Victoria o el General Santa Anna, apoyaban el sistema republicano, siendo esta la razón para levantarse en armas contra el emperador Agustín I.
Cuando el Primer Imperio Mexicano llegó a su fin, se daría inicio a la Primera República Federa, y el primer presidente de México sería Guadalupe Victoria, quien asumiría su cargo en 1824, colocando a Vicente Guerrero en el Ministerio de Guerra.
Cuando el gobierno de Guadalupe Victoria terminó, Vicente Guerrero sería el próximo Presidente de la República. Sin embargo, Victoria sería el único presidente de este período en terminar su presidencia, sumiéndose México en un espiral de inestabilidad política.
Vicente Guerrero Presidente de México.
Luego de que finalizara la primera presidencia de la república mexicana, Manuel Gómez Pedraza sería el escogido para gobernar la República, pero el Congreso desconocería esta elección nombrando a Vicente Guerrero como el Presidente de la República en el año 1829.
No obstante, el gobierno de Vicente Guerrero solo duraría unos pocos meses, desde abril hasta diciembre, período en el que intentó realizar varias reformas entre las que se destacaba la abolición definitiva de la esclavitud.
Para el mes de septiembre de 1829, España intentaría por última vez reconquistar su antiguo territorio sin éxito, siendo ésta la oportunidad perfecta para que el General Santa Anna aumentara su influencia y su figura, ya que sería el artífice de la victoria contra los españoles.
Sin embargo, Santa Anna también se uniría a Anastasio Bustamante, quienes derrocarían al presidente Guerrero, presionando al Congreso para que lo tildara de prófugo de la justicia.
La traición a Vicente Guerrero.
Vicente Guerrero, una vez apartado de la Presidencia, continuaría siendo el gran guerrero que siempre fue, buscando retomar el poder con una serie de operaciones militares que hicieron helar la sangre de sus enemigos.
Como Bustamante y Santa Anna conocían el carácter de Guerrero y su alto conocimiento en la estrategia y lucha militar, concibieron un plan para emboscarlo y asesinarlo, ya que era esta la única manera en que podrían librarse de la amenaza de sus huestes, pudiendo llevar así sus planes sin el problema que significaba su presencia.
La historia cuenta que Bustamante, a través de su ministro de Guerra, contactaron a un mercenario genovés de nombra Francisco Picaluga, quien a cambio de dinero entregaría a Vicente Guerrero, atrayéndolo a un sitio para que lo apresaran.
Así sucedería y en Acapulco, Picaluga invitaría a Vicente Guerrero a un almuerzo a bordo de un bergantín, donde una vez hizo su entrada el valeroso Benemérito de la patria, sería apresado, llevado a Oaxaca y sometido a un juicio donde se decidiría su fusilamiento, el cual fue llevado a cabo el día 14 de febrero de 1831.
