Breve historia del Imperio Bizantino: características y organización

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Al suscitarse la división del Imperio Romano, se alza el Imperio Bizantino en su lugar a partir del año 395, hasta el año 1453, cuando Bizancio cae con la conquista de Constantinopla por parte del Imperio Otomano.

Fueron muchas décadas en las que se desarrollaran sus múltiples características, aunque haya sido la religión cristiana la que predominara, siendo ésta el centro de toda esta época histórica.

¿Cuál fue el origen del Imperio Bizantino?

El origen del Imperio Bizantino surge a partir del crecimiento constante del Imperio Romano. Aunque no ocurriera de inmediato, fue el emperador Diocleciano el responsable de haber infundido la idea de una división del imperio para la garantía de un dominio aún más potente.

Aunque haya sido el emperador Teodosio I el que insistiera en justamente lo contrario, en unificarla en vez de dividirlas, fue este el que accediera a tal división, dejándoles cada una de las partes a sus dos hijos.

Así, mientras que la parte del occidente se viera arraigada por diversos ataques germanos que lograron su destrucción; la parte oriental sí resistió convirtiéndose en el Imperio Bizantino, siendo próspera y poderosa.

Imperio Bizantino bajo el reinado de Justiniano. Año 550. Crédito: UAM.

Principales características del Imperio Bizantino

Para comenzar una comprensión más clara de lo que representó el Imperio Bizantino, veamos algunas de sus principales características:

  • Fue durante el mandato del emperador Justiniano que tuvo mayor auge el Imperio Bizantino.
  • Fue el cristianismo la religión que predominó; siendo esta, además, el centro fundamental de todo este periodo.
  • Fue el comercio el fundamento económico de este periodo gracias a su ubicación. Gracias a ello se pudo comerciar tanto con el marfil, como la seda, entre otros tipos de artesanías en general.
  • Una de las características importantes del Imperio Bizantino fue la capacidad de dominar varios idiomas, entre los que destacaron el latín y el griego.
  • El emperador que le gobernara no solo era la figura más importante, sino que además era muy respetado por representar la figura de Dios.

Organización sociopolítica y económica del Imperio Bizantino

Para entender mucho más cómo funcionó una época cultural y artística en específico, es importante saber el contexto social y político en el que se desarrolló, así como algunos aspectos económicos.

Especialmente al momento de entender cada una de sus obras artísticas, no podrá estar separado, de ninguna manera, del pensamiento de determinada cultura.

Organización social del Imperio Bizantino

La organización social del Imperio Bizantino estaba fundamentada por una jerarquía. Esta, se expresaba de la siguiente manera:

  • El emperador y su familia eran los encomendados en estar en la cima social. Era este el de mayor autoridad tanto para el pueblo como para la iglesia.
  • Debajo del emperador estaba la nobleza. En este rango se encontraban tanto los que asesoraban al emperador, como los patricios y caballeros a modo de clase alta dentro del imperio, y por tanto, tenían muchos más privilegios.
  • Todos aquellos que promovían y promulgaban la religión a modo de sacerdotes, estaban ubicados en la misma escala que los anteriores. Estos, además, contaban con los beneficios de la nobleza, pese a que tenían una encomienda en particular.
  • Debajo de los sacerdotes se encontraban las personas de clase media. En este rango se encontraban todos los trabajadores de la agricultura, pequeños empresarios, comerciantes y artesanos que trabajaban pagando, además, tasas de impuestos mientras sus beneficios eran muy escasos.
  • La última clase era la más baja, la clase trabajadora, tales como campesinos y demás que realizaban labores exclusivas para todas las autoridades del imperio. Los impuestos que pagaban eran muy elevados.
Vestimentas en el Imperio Bizantino. Crédito: Creative Commons.

Organización económica del Imperio Bizantino

El comercio en la región en la que se dio el Imperio Bizantino facilitaba en gran medida el comercio, especialmente por ubicarse entre el Mar Mármara y el Mar Negro. Todos los comerciantes que se cruzaban entre Occidente y Oriente, indudablemente se cruzaban por Constantinopla.

Asimismo, esta ciudad se desarrollaba en medio de la manufactura tal como la seda. El desarrollo comercial debido a su ubicación fue enormemente desarrollado; aunque también se produjeron diversos artículos agrícolas tales como las uvas para la realización de vinos, así como el trigo.

Organización política

La organización política del Imperio Bizantino puede resumirse en que era teocrática. Era el emperador el considerado delegado absoluto de Dios, y por lo tanto, su poder sobre el pueblo era absoluto. De tal manera que no solo mantenía un poder político absoluto, sino además sagrado.

De tal maner, las funciones del emperador consistían, además de las tareas desarrolladas al comandar al ejército, en dirigir la Iglesia denominada ortodoxa. No en vano era la religión el tema central de todo el desarrollo artístico, aunque con funciones puramente sagradas.

La religión en el Imperio Bizantino

El Imperio Bizantino se mantuvo tantos siglos de pie gracias a la religión. Era esta el centro fundamental de este periodo, basándose en doctrinas propiamente de la sociedad romana. Cada obra artística creada era supervisada bajo estrictas manifestaciones religiosas.

El arte y la cultura bizantina

Podemos considerar el arte de la cultura bizantina como una continuación mejorada, si se quiere, del arte paleocristiano oriental.

Además de lo que se haya desarrollado en este periodo, destacan eventos fundamentales tales como el movimiento iconoclasta que se desarrolló durante los siglos VIII y XI, aunque muchas de las obras desarrolladas se perdieron.

Otro de los sucesos más representativos fue la ruptura ocurrida entre la iglesia de oriente y occidente. En general, el arte creado durante este periodo se dio especialmente en la arquitectura con sus monumentales iglesias; aunque también se dieran grandes esculturas y mosaicos.

En este siguiente artículo puedes conocer todas las características del arte bizantino.

El Imperio Bizantino duró un período de 1.000 años, en los cuales detuvieron varios intentos de conquista por parte de los pueblos bárbaros, todos ellos abatidos en las diferentes etapas que se fueron sucediendo.

Recién con Justiniano, el Imperio llega a su máximo esplendor, incluyendo varias reconquistas de territorios anteriormente perdidos en manos bárbaras.

En el año 1453, Bizancio es dominado por el Imperio Otomano, tomándose este año, como el punto de quiebre real entre la Edad Media y la Edad Moderna.

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