Buque de guerra greco-romano revela sus secretos

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Marta Álvaro Gómez
Nací en Madrid el 27 de agosto de 1988 y desde entonces comencé una obra de la que no hay ejemplo. Fascinada tanto por los números como por las letras y amante de lo desconocido, por ello soy una futura licenciada en Economía y Periodismo. Interesada en entender la vida y las fuerzas que la han forjado. Todo es más fácil, más útil y más apasionante si con una mirada hacia nuestro pasado logramos mejorar nuestro futuro y para ello…la Historia.

El análisis de un ariete de bronce, perteneciente a un buque de guerra de unos 2.000 años de antigüedad, muestra como un objeto ha sido elaborado en el pasado.

barco guerra romano

El objeto pesa unos 20 kg y fue descubierto en 1964 por un grupo de buzos británicos en la costa de Libia, cerca de Tobruk. Bautizado con el nombre de Belgammel Ram, corresponde a buque de guerra griego o romano de escasas dimensiones, naves que fueron equipadas con grandes carneros de bronce utilizados para embestir las vigas laterales de los barcos enemigos.

Con 65 centímetros de largo, la Belgammel Ram era de los más pequeños por lo que se habría ubicado en el nivel superior de la proa. Un segundo carnero se conoce como proembolion que fortalecía el barco y sirvió para romper los remos de una nave enemiga.

El Dr. Nic Flemming, líder de arqueología marina, coordinó un grupo de especialistas procedentes de cinco institutos con el objetivo de analizar el artefacto en mayo de 2010, antes de que fuese devuelto al Museo Nacional en Trípoli. Se han analizado tanto la mezcla de metales como sus aleaciones, estudiando su estructura interna para poder obtener conclusiones sobre su elaboración.

Mediante el análisis de la madera quemada que se encontraba en la Ram Belgammel se ha datado al objeto entre los 100 a.C. y 100 d.C., fecha que coincide con el estilo decorativo de los tridentes y el motivo del pájaro en la parte superior del pistón, detalles descubiertos mediante el estudio de escáneres. El equipo de rayos X ha reproducido, a través de 15 cm de bronce macizo, una imagen en 3D de la estructura interna del carnero.

Muchos otros análisis geoquímicos se llevaron a cabo por el profesor Ian Croudace, el Dr. Rex Taylor y el Dr. Richard Pearce en la Universidad de Southampton. Las muestras indican que la composición del bronce era en un 87% de cobre, 6% de estaño y 7% de plomo, variando las cantidades a lo largo de la pieza. Un estudio SEM revela que el plomo no se disuelve con los otros metales, pero se separa en gotas segregadas debido al enfriamiento del metal. Las partes más gruesas se enfrían más lentamente que las partes más finas, por ello la estructura cristalina y las burbujas atrapadas en el metal varían según su ubicación.

Gracias a los isotopos del plomo se puede encontrar la procedencia del metal, que en la mayoría de los casos a pertenecido a la zona del mediterráneo, ubicándolo ahora con mayor exactitud debido a los avances. Los resultados muestran que puede haber venido de un distrito de Ática, en Grecia, llamado Lavrion.

Al comparar las fotografías tomadas en distintos momentos del tiempo no se ve ningún cambio en la estructura, lo que indica que el objeto no padece la “Enfermedad de Bronce”, un proceso de corrosión que destruye los artefactos de este material.

El objetivo de todos los estudios ha sido entender cómo esta pieza utilizada en la guerra naval ha logrado sobrevivir 2000 años bajo las aguas del mar.

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