Características del imperio persa: origen, unificación y religión.

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El imperio persa abarcó gran parte del territorio desde las costas del mar Mediterráneo, hasta los límites de la frontera de la India. Con ello, abarcó con un desarrollo cultural único en sus áreas, especialmente en arquitectura, siendo el palacio el símbolo histórico para los persas en tanto a sus construcciones.

La civilización Persa abarcó desde el siglo VI a.C. hasta la primera mitad del siglo XX d.C. siendo, quizás, uno de los imperios más grandes y duraderos de la historia, por lo que su desarrollo cultural ha sido grande, aunque mucho se haya perdido después de tantas guerras a lo largo de la historia.

Antecedentes de la cultura Persa

El territorio actual de Irán era el que ocupaban los antiguos Persas. Éste, limitaba específicamente con el Mar Caspio, Rusia y Armenia al norte, mientras que sur con el Golfo Pérsico, con Afganistán al este y con Irak al oeste. Destacando que en su centro, el territorio persa contó con un desierto salino.

Existió un pueblo de origen indoeuropeo que se asentó aquí después del milenio II. En los inicios de este pueblo, se dice haber sido bastante rudo. Existió una mitad de ellos que eran simples nómadas divididos en dos grupos (aunque otro era, por el contrario, sedentario).

Estos dos grupos eran, uno de ellos los Medos en una zona fértil, al norte, mientras que al sur se encontraban los persas en una zona desértica, al cual nos dedicamos aquí. Considerando, además, que de los Medos no han quedado prácticamente restos.

¿Cuándo se creó el imperio persa?

mapa del imperio persa
Mapa del imperio persa. George Philip e hijo, 1857. Crédito: Depositphotos.

Estas provincias se transformaron en el reino del que sería rey asirio en el siglo VII, Sargón II. Siendo así una tiranía al ser una imposición propia del rey.

A pesar de ello, Senaquerid se encargaría de hacer de esta tiranía algo más ligera, simplemente con unificar los pueblos al unir a los Medos. Poco a poco se terminaría construyendo todo un imperio.

Ya para el siglo VII se estarían liberando completamente del poder asirio, gracias al rey medo Dayoces al conseguir organizar todo un imperio asentándose, sin más, en Ecbatana, siendo luego su hijo Faortes quién sometería a los persas del sur.

Pero no es hasta que el hijo de éste, Cizares, el que destruyera tanto Assur, como Nínive y más, dándole fin completamente al imperio asirio.

La unificación definitiva de los persas

A Cízares le va a suceder Astiages. Con él, se conseguirá uno de los momentos de mayor esplendor de los Persas, quienes no solo adquirirán mayor fuerza, sino también surgirá la dinastía Aqueménida, de quién nace el rey Cambises, casándose años después con la hija de Astiages de cuyo matrimonio nacerá Ciro el grande.

Persépolis, capital del imperio persa en su período aqueménida, en Irán. Crédito: Depositphotos.

Ciro el grande será quién unifique a todos los persas de una manera definitiva. Asimismo, además de apoderarse de Babilonia, la destruye quedándose con todo el poder.

A pesar de ello, hay que considerar el periodo helenístico, parto y sasánida con Alejandro Magno tras la derrota de Darío III. Esto abarca desde el siglo VI hasta el siglo IV como periodo aqueménida.

Fue, entonces, el primer imperio persa bajo Cirio el grande se convertiría en la primera súper potencia del mundo, a la que se unirían tres importantes lugares de la civilización humana temprana en el mundo antiguo bajo un mismo gobierno: Mesopotamia, el Valle Nilo de Egipto y el Valle del Indo de la India.

Ciro el grande fue inmortalizado en el Cilindro de Ciro, un cilindro de arcilla inscrito en el 539 a.C. en el que se encuentra la historia de cómo conquistó Babilonia del rey Nabonido poniendo fin al imperio neobabilonio.

La religión Persa

Para los persas, fue de gran importancia la religión, cosa que sería de gran impacto en su desarrollo artístico. Tal religión se estableció por Zaratrusta basado en el mazdeísmo específicamente.

Todo esto se concentra en el Avestar, el libro sagrado en el que se podrá notar su especial idea dualista del mundo.

Esta concepción dualista nos lleva al registro entre el bien y la luz que se representó por Ormuz o Ahura-Mezda, así como por el mal y las tinieblas que se representó por Ahriman. Siendo importante, además, el culto que rendían mediante el fuego a Ormuz.

Altar en el templo de fuego de Ahura-Mezda en Chak-Chak, en las montañas Yazd, en Irán. Crédito: Depositphotos.

Es esta la razón por la que en tanto a construcciones arquitectónicas, no se levantaron templos, sino altares en el que se conservaría el fuego que era sagrado para ellos.

La representación de Ormuz se hizo mediante un disco alado por el que se nota que emerge un cuerpo humano. Además de ello, los persas tenían cuatro esenciales principios que constaban de respetar, ante todo, la ley, cultivar la tierra, así como trabajar con mucho esfuerzo y conservar la pureza del alma.

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