Científicos uruguayos descubren la prueba de vida animal más antigua del mundo

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María Santiago
Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, desde pequeña me he sentido atraída por el mundo de la información y la producción audiovisual. Pasión por informar y ser informada de cuanto acontece en cada rincón del planeta. Asimismo, gusto por formar parte en la creación de un producto audiovisual que posteriormente entretendrá o informará a la gente. Entre mis intereses se encuentran el cine, la fotografía, el medio ambiente y, ante todo, la historia. Considero fundamental conocer el origen de la cosas para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Interés especial en curiosidades, misterios y sucesos anecdóticos de nuestra historia.

Científicos uruguayos han descubierto la prueba de vida animal más antigua del mundo. El descubrimiento ha tenido lugar gracias a los fósiles de hace 585 millones de años. Estos fósiles tienen 30 millones de años más que los anteriormente descubiertos. Fueron encontrados en el departamento de Cerro Largo.

El equipo de investigadores descubrió en Uruguay la evidencia de animales bilaterales (animales que tienen cara frontal, otra trasera, una región superior y otra inferior) de hace más de 585 millones de años. Se trata del rastro de una serie de diminutas lombrices que se desplazaban por el fondo marino. Son surcos que dejaron las lombrices al desplazarse a través del océano en la zona que hoy es Cerro Largo, Treinta y Tres y Rocha.

Surcos realizados por pequeñas lombrices

Ernesto Pecoits, geólogo por la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República e investigador de la Universidad de Alberta, Canadá, y principal autor del estudio, comenta que “lo más importante es que se descubrieron los que vienen a ser los ancestros más antiguos, los primeros animales que habitaron el planeta y fueron capaces de moverse, de trasladarse”. El estudio lo hace junto con Natalie Aubet.

El anterior descubrimiento más antiguo fue hallado en Rusia, en la zona del Mar Blanco, afirma Pecoits, y tienen 555 millones de años. “Con este descubrimiento se está estirando hacia atrás el origen de los animales con movilidad”, comenta Pecoits.

El comienzo de la vida animal tuvo su origen en el medio acuático. Las especies fueron evolucionando hasta el punto de hacerse resistentes a las condiciones de vida del medio terrestre. “Lo que estamos más acostumbrados aver en documentales es que los peces evolucionan hacia anfibios y después vinieron los reptiles y algunos vertebrados”, dice Pecoits. “Pero eso pasó en los últimos 500 millones de años. Nosotros estamos hablando de lo que sería el ancestro de todo esos animales”.

Es una forma de vida primitiva. Se trata de una especie de gusano de apenas un milímetro de ancho y cinco de largo. “Es el ancestro de todos los animales que existen en la Tierra, incluso nosotros mismos”, comenta Pecoits. Se piensa en ellos como ancestros de los animales por su simetría bilateral. “Nosotros tenemos una parte arriba, una parte abajo, una parte atrás y una delante. Este animal también las tiene, por eso es nuestro ancestro, es el primero que las presenta”, dice el investigador.

Los fósiles encontrados en Australia y Omán son anteriores a los hallados en Uruguay, pero su forma de vida era mucho más básica. Sin embargo, los recientemente hallados tienen características de animales actuales como la musculatura y la capacidad de trasladarse. “Desde la aparición de esas esponjas hasta los animales que produjeron estas trazas hay un salto evolutivo muy grande”, afirma.

El descubrimiento

Las muestras fueron halladas en una zona conocida como ‘fundación Tacuarí’, cerca del río del mismo nombre al sur de la ciudad de Melo, en el departamento de Cerro Largo. Los geólogos han llamado a la zona como ‘fundaciones’ debido a las características de las rocas.

Lugar donde se ha realizado el hallazgo

Pecoits y Aubet llevaban una década trabajando en el lugar pensando que las rocas no eran tan antiguas. Se creía que databan de hace 200 millones de años, ya que en este periodo ya existían animales bilaterales. Por ello, al hallar los surcos no se sorprendieron demasiado. Sin embargo, tuvieron que identificar otra roca para poder saber su edad. Una especie de granito atravesaba los surcos. A la hora de analizarlo, comprobaron que se trataban de rocas ígneas formadas a partir de lava solidificada. “Esa lava atravesó las trazas como si fuera un dique”, comenta Pecoits. La piedra de debajo sería más antigua.

Posteriormente las muestras fueron analizadas en Canadá, donde se separó el granito para poder datarlo y saber cuándo se formó. “La edad que obtuvimos fue de 585 millones de años. Ahí nos dimos cuenta de que todos los fósiles y la roca que había sido recortada eran más antiguos”, comenta Aubet.

Tras conocer este dato, comenzaron a hacer más pruebas para corroborarlo llevando a cabo diversos análisis y trabajando con laboratorios especializados de Australia. Todos ellos tuvieron el mismo resultado: el granito tenía 585 millones de años.

El siguiente dato a averiguar era la edad de los fósiles. Para ello, analizaron los minerales obtenidos de los fósiles y comprobaron que su edad máxima era de 600 millones de años. Esto supone un gran descubrimiento, ya que así se supo que “los organismos generaron esas trazas, esos surcos, entre hace 600 y 585 millones de años”, explica Aubet. El descubrimiento tuvo lugar en 2007 y desde hace tres años se están realizando estudios científicos para demostrar los hallazgos.

Las muestras son exhibidas en el Museo de Paleontología de la Universidad de Alberta. Se van a realizar duplicados para enviarlos a Uruguay. Además, se van a llevar a cabo las gestiones necesarias para que la formación Tacuarí sea declarada zona protegida.

“Es la evidencia más antigua”

A pesar de que la Tierra tiene unos 4.600 millones de años, se estimaba que entre los 3.500 y los 555 únicamente habían existido bacterias, organismos unicelulares y formas de vida primitiva como la de las esponjas.

Surcos

Hasta ahora, la muestra de vida animal más compleja encontrada tenía 555 millones de años. Tras esto, comentó el llamado periodo Cámbrico, considerado como una explosión de vida animal. Sin embargo, gracias al hallazgo de Pecoits, se sabe que esta aparición retrocede a un periodo anterior.

En el número de Science donde se publica el estudio, James Gehling, investigador principal del Museo de Paleontología de Australia del Sur, ha analizado el impacto científico de los fósiles hallados. Gehling asegura que “los fósiles representan un descubrimiento realmente importante. Estas estructuras claramente fueron realizadas por animales móviles muy pequeños que habitaban el suelo marino”.

Ahora comienza un periodo en el que Pecoits y sus colegas tienen que demostrar la validez de las técnicas empleadas para datar los fósiles. “La posibilidad de que la edad no sea exactamente la que definieron es remota, pero debe seguir siendo analizada. De todas formas, es claramente la evidencia de animales móviles más antigua que existe”, concluye.

El País

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