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El fuego ha acompañado al ser humano desde tiempos inmemoriales, incluso cuando no éramos capaces de controlarlo y nos sorprendía hace milenios solo cuando la naturaleza nos lo ponía delante. El fuego es esencial para multitud de actividades que el ser humano hace cada día en todos los rincones del planeta.
En su afán por controlar el fuego y por hacerlo manejable para algo tan cotidiano como fumar, el ser humano inventó el encendedor o mechero. Lo que hoy es un objeto que pasa totalmente desapercibido, en su nacimiento fue una revolución que puso patas arriba diferentes sectores de la economía, como veremos a continuación.
Vamos a hablar de los orígenes y de la historia de los encendedores y cómo este producto ha ido evolucionando hasta la actualidad, donde encontramos multitud de tipos de mecheros como estos modelos Zippo, diseños y colores que forman parte de la rutina diaria de cualquier fumador.
En los albores de la humanidad…
El mechero como tal no surge hasta tiempos modernos, pero una investigación de la Universidad de Leiden, en Países Bajos, ha encontrado lo que se considera el primer encendedor de la historia de la humanidad. Es un encendedor que fabricaron los Neandertales hace entre 45.000 y 50.000 años. Gracias a este encendedor comenzaron a producir fuego de forma controlada y regular.
Este hallazgo ha aparecido en la Scientific Reports y consiste en una especie de navaja suiza que los Neandertales utilizaban para afilar herramientas o para tallar madera, pero también para producir fuego haciendo chocar pirita en el lado plano del bifaz. De ese choque saltaban las chispas con las que hacían hogueras para cocinar la comida o calentarse durante el invierno.
El origen del encendedor moderno
El origen del encendedor moderno, o mechero, se remonta al siglo XVI. El nombre de mechero viene de la palabra mecha, que es una cuerda retorcida o una cinta con filamentos en la que se prende una chispa y luego se consume lentamente por el fuego.
Este artilugio ya se utilizaba en el siglo XVI con elementos como la llave de mecha, la llave de chispa y la llavecilla de rueda.
Este tipo de artilugios consistían en un trozo de pedernal que provocaba la ignición de la mecha, que actuaba como si fuera yesca. Estos mecheros se utilizaban en la época para disparar armas de fuego que se cargaban por la parte frontal y sustituyeron los antiguos botafuegos.
La idea más parecida al encendedor moderno con fines que nada tenían que ver con el belicismo fue el invento de las cerillas. El sistema que enciende las cerillas fue descubierto por el químico suizo J. Furstenberger, aunque no se comenzó a utilizar entonces como tal.
De hecho, a principios del siglo XIX todavía se utilizaba un método similar al del Neolítico para encender el fuego: un pedernal friccionado con acero que encendía la yesca.
Por esa época también se inventó algo parecido al mechero, el fuego instantáneo, inventado por Alessandro Volta y que empleaba hidrógeno y electricidad.
La invención del mechero
Después de intentarlo de múltiples formas, en el año 1816 se inventó el primer mechero o encendedor moderno.
Fue obra de un aprendiz de boticario, un hombre autodidacta que llegó a ocupar la cátedra de Química en la Universidad de Jena, Alemania, años más tarde: Johann Wolfgang Döbereiner.
Este genio tuvo la idea de encender por fricción y de forma automática una porción de gas que salía de forma controlada a través del orificio de un pequeño reservorio.
Este ingenio le sirvió para desarrollar más tarde su idea, que fue la base para crear otro de sus inventos más útiles para la humanidad, como fue la lámpara de hidrógeno en el año 1823.
El dispositivo encendedor diseñado por Döbereiner no era el más apto para comercializar al gran público por un motivo: utilizaba un material que resultaba excesivamente costoso, como es el polvo de platino. El polvo de platino es el que ejercía la función que hoy en día ejerce la piedra en el mechero moderno.
Por tanto, el encendedor moderno tiene su origen real en el mechero de gasolina que se inventó en el año 1909 por el austrohúngaro, el barón Carl von Auer von Welsbach.
Este inventor, que inventó la piedra del mechero moderno y perfeccionó la bombilla eléctrica, ha sido el artífice de que hoy podamos disfrutar de mecheros con piedra que encienden rápidamente y a la primera.
El mechero Zippo, el mayor grado de excelencia
Aunque el modelo de mechero o encendedor diseñado por Carl von Auer von Welsbach ofrecía una utilidad bastante aceptable, en el año 1932 se diseñó un mechero que resultaba aún más útil y manejable para el usuario, el mechero Zippo. Este mechero era infalible en su encendido, tanto que el fabricante garantizaba eso de por vida en sus productos.
Fue inventado por el estadounidense George Grant.
El nombre de este mechero, Zippo, viene de la palabra inglesa “zipper”, que significa cremallera. Este nombre se le puso porque el sonido que emitía al abrirse era similar al ruido de una cremallera al moverse. Estos mecheros se hicieron rápidamente famosos por todo el mundo por sus atractivos diseños, por su aspecto elegante y por la apertura de su tapa.
Al funcionar con benzina, permitía que la llama se mantuviera con un solo encendido. Los mecheros Zippo tienen, también en la actualidad, un diseño único y exclusivo, como en estos modelos. Son mecheros lisos que el usuario puede xerografiar para personalizar el mechero a su gusto y según sus propias preferencias.
Los encendedores Zippo son diseñados para que duren toda la vida, y ese era el objetivo de G. Blaisdell cuando fundó la compañía fabricante de estos mecheros. Con el paso de los años han logrado un lugar privilegiado en el mercado y destacan por su funcionamiento a través de gasolina y su garantía de por vida. Es un mechero que nunca deja al fumador tirado, algo que estos agradecen cuando más necesitan fumar un cigarrillo.
100 años después desde que comenzaran a fabricarse, los mecheros Zippo siguen de plena actualidad y gozan de una elevada demanda a nivel mundial por fumadores de todo tipo e incluso coleccionistas. Es el regalo perfecto para un fumador, puesto que tendrá un mechero para toda la vida que le recordará a quien se lo regaló cada vez que lo use.
La marca solo pone una condición para que el encendedor Zippo dure toda la vida, y no es otra que utilizar siempre piedras, mecha y gasolina Zippo originales de la marca y compatibles con el encendedor.
Los mecheros de gas líquido
Una alternativa posterior a los mecheros Zippo que utilizan gasolina para generar la llama fueron los mecheros de gas líquido.
El primer mechero de gas líquido vio la luz en el mercado en el año 1945, cuando se comenzó a utilizar el gas en unos mecheros que no necesitaban mecha.
Los fabricantes de cerillas, al ver esto, pusieron el grito en el cielo y clamaron contra la aparición de este mechero en el mercado, puesto que se convertía en su enemigo natural y desplazaba el uso de cerillas en los fumadores.
La sustancia que está en el interior de estos mecheros se encuentra sometida a una gran presión y por ello se mantiene en estado líquido. Una vez lo dejamos salir para que cree la llama en condiciones ambientales naturales se muestra como gas.
Este sistema es quizás el más habitual entre los mecheros más económicos en la actualidad. Los clásicos encendedores de plástico y gas azul que son muy comunes en estos momentos provienen de este sistema de gas líquido que se inventó en el año 1945.
En España se comenzaron a comercializar en los años 60 por la empresa francesa Flaminaire, que fue quien fabricó el primer encendedor que utilizaba gas azul en todo el mundo.
La empresa puso toda la carne en el asador y diseñó más de 50 modelos de mecheros diferentes que tenían como objetivo su uso en diferentes actividades. Más tarde, en el año 1971, la empresa Bic compró a Flaminaire y dos años más tarde, en el año 1973, lanzaron al mercado el primer mechero con llama regulable.
Estos nuevos mecheros permitían al usuario controlar el tamaño de la llama según sus necesidades. Gracias a esta apuesta por la innovación, estos mecheros se fueron expandiendo por todo el mundo y en la actualidad es una de las empresas que lideran el mercado de encendedores no solo en nuestro país sino en el extranjero.
Estos mecheros resultan más económicos, pero no ofrecen la calidad ni los diseños ni la elegancia que los mecheros Zippo aportan a los fumadores. Ambos tipos de mecheros coexisten en el mercado, pero los Zippo son los favoritos de quienes prefieren mecheros de calidad, más resistentes y que duran toda la vida si se cuidan de forma correcta.
La irrupción del mechero en España
Ya en el año 1911, cuando la invención de los encendedores se hizo popular, el gobierno español de entonces tomó medidas ante su llegada. Estas medidas tenían como objetivo prioritario proteger el monopolio de fabricación de cerillas que tenía el Estado. Para ello se inventó un gravamen especial contra los mecheros.
Esta ley realmente se cumplía muy poco o si se llegaba a aplicar no evitaba que la gente comenzara a utilizar cada vez más los mecheros. Ya en el año 1928, el Ministerio de Hacienda, volvió a subir aún más los impuestos a la venta de encendedores. Y en otra ocasión posterior, volvieron a subirlos todavía más. Pero era una carga impositiva que muchos vendedores evitaban imponer a sus clientes y en raras ocasiones se cumplía.
Tras el transcurso de la Guerra Civil Española, el nuevo gobierno diseñado por Franco seguía manteniendo su apuesta por la protección de las cerillas. En el año 1956 fue cuando más debate nacional hubo al respecto, ya que un país en posguerra con el monopolio en la fabricación de cerillas necesitaba ingresos, y el mechero se había convertido en un rival que perjudicaba a las arcas del Estado.
No obstante, poco después la realidad y el progreso se impusieron y el gobierno, consciente de que no podía oponerse al viento de la innovación, dio por perdida esta batalla en contra del encendedor.
Desde entonces, su uso en España se fue convirtiendo poco a poco en mayoritario por parte de los fumadores. Aunque también se hizo popular su uso en los hogares para encender las clásicas cocinas de gas.
El mechero, un elemento generador de empleo
En España, pero también en otros países europeos, el sector del mechero se ha convertido con el paso de los años en un sector generador de empleo. Existen empresas con plantillas de cientos de empleados cuyo producto principal de fabricación y venta es el mechero en sus diferentes versiones.
En España contamos con fábricas como la de la familia Puig, que vende su marca de mecheros Clipper, una de las marcas más utilizadas por los españoles y cuyas ventas crecieron más de un 7 % en el último año.
Esto pone de manifiesto que estamos ante un sector dinámico y que la venta de mecheros sigue siendo muy elevada a fumadores y no fumadores que los utilizan para otros objetivos.
No hay fumador que no tenga una cajita llena de mecheros en su propia casa, o varios mecheros en la guantera del coche. Incluso todos tenemos algún mechero que hemos pedido prestado y luego nos hemos olvidado devolver.
Es un elemento que genera conversaciones entre fumadores y encendedores como los Zippo son incluso un regalo perfecto para los amantes del tabaco o los puros.
En definitiva, la historia del origen y evolución del mechero es muy interesante. Estamos ante un elemento que ha ido evolucionando con el paso de los años hasta conseguir los mecheros eficientes, ligeros y con diseños atractivos que disfrutamos hoy en día.
Un elemento que existirá durante mucho tiempo más siempre que haya un fumador que lo necesite para encender su cigarrillo.
