Descifran el genoma del ‘gigante de Segorbe’, que mostraría cómo una brutal decisión política modificó la población de Valencia

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Un equipo internacional de científicos secuenció el genoma de un individuo que vivió en el siglo XI en la España medieval musulmana (Al Ándalus) y cuyos restos fueron hallados en 1999 en la población de Segobre, situada a unos 30 kilómetros al norte de la ciudad española de Valencia, cerca de la costa Mediterránea.

El esqueleto, apodado por los arqueólogos ‘el gigante de Segorbe’ por sus inusuales 190 centímetros de altura —una estatura enorme para la época—, fue encontrado en una necrópolis musulmana e identificado más tarde como descendiente de bereberes norteafricanos gracias a un análisis osteológico.

Un estudio genético confirmó entonces esa identificación y encontró que ambas líneas directas del individuo —tanto la paterna como la materna— eran efectivamente africanas.

En esa etapa de la investigación se pudo concluir que se trataba de un descendiente de inmigrantes recientes que no estaba genéticamente relacionado con la población local.

Sin embargo, un análisis más detallado mostró que la situación es más compleja. Fuera de las líneas directas, el ‘gigante’ tenía un considerable porcentaje de ascendencia ibérica, de más de la mitad del total.

Además, el análisis de isotopos estables mostró que creció en la zona.

Juntas, estas evidencias indicaron que el individuo procedía de una comunidad establecida que se había mezclado con la población local.

¿Ascendencia borrada?

Pero lo más sorprendente fue que el individuo presentaba una gran diferencia genética con la población contemporánea de Valencia, cuya herencia bereber es poca o nula.

Detrás de esta diferencia podría estar una decisión política que cambió violentamente el panorama demográfico de la región en 1609.

«El decreto de expulsión de los moriscos de la región de Valencia, es decir, de los musulmanes que ya se habían convertido por la fuerza al cristianismo, estuvo seguido por el reasentamiento de personas de más al norte, que tenían poca ascendencia norteafricana, lo que transformó la variación genética en la región», opina uno de los autores del estudio, Gonzalo Oteo-García, citado por un comunicado de la Universidad de Huddersfield (Reino Unido) publicado este jueves.

«El impacto de este cambio dramático en la población, resultado de una decisión política brutal de hace cientos de años, finalmente se puede presenciar directamente mediante el ADN antiguo, como se ve aquí en la ascendencia del ‘gigante de Segorbe’ y sus contemporáneos», señala su colega, Marina Silva.

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