Un templo descubierto en el Valle de Oxaca, México, muestra indicios de que los sacerdotes que allí se encontraban llevaron a cabo sacrificios humanos.
Aunque todavía no se han obtenido demasiadas pruebas que lo confirmen, los investigadores han hallado un diente y un hueso humanos en una habitación del templo, salpicados de restos de animales junto a navajas de obsidiana. El templo data del año 300 a.C. aproximadamente, año en el cual se encontraba en uso por la civilización zapoteca.
Los investigadores descubrieron entre los años 1997 y 2000 “El Palenque”, un sitio palaciego de 9.150 metros cuadrados cuya datación, a través de la gran cantidad de cenizas y carbono encontrados, indican que sufrió un incendio en algún momento alrededor del año 60 a.C.
Ahora, se ha encontrado un complejo de mayores dimensiones en el lado este de El Palenque, un recinto amurallado que contiene en su interior un complejo de templos con al menos dos residencias para los sacerdotes. Se ubica en una superficie de 5.000 metros cuadrados, ocupando la huella del templo principal unos 380 metros cuadrados.
En el templo principal del complejo encontraron conchas, mica, adornos de alabastro, vasos, silbatos de cerámica e incluso braseros de incienso. Pero la presencia de navajas y lanzas de obsidiana demuestran que los sacerdotes participaban en rituales con el objetivo de alcanzar el derramamiento de sangre, tanto de animales como de humanos.
El templo principal también tiene una cocina con mayores dimensiones respecto a los otros hogares del lugar, lo que nos da a entender que los cocineros organizaban comidas para grupos grandes. Los objetos encontrados indican que los sacerdotes no elaboraban su propia comida y que los sirvientes la tomaban en su propio cuarto.
Detrás del templo, los arqueólogos esperan encontrar dos edificios que servían de vivienda a los sacerdotes. Estas edificaciones eran construidas con barro, paredes gruesas y una hoguera en su interior. De igual manera que el palacio, el templo también sufrió un incendio, cayendo en desuso a finales del siglo I a.C.