Descubren las fuentes de la pintura Azul Maya

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María Santiago
Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, desde pequeña me he sentido atraída por el mundo de la información y la producción audiovisual. Pasión por informar y ser informada de cuanto acontece en cada rincón del planeta. Asimismo, gusto por formar parte en la creación de un producto audiovisual que posteriormente entretendrá o informará a la gente. Entre mis intereses se encuentran el cine, la fotografía, el medio ambiente y, ante todo, la historia. Considero fundamental conocer el origen de la cosas para saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Interés especial en curiosidades, misterios y sucesos anecdóticos de nuestra historia.

Una vez más, la ciencia y la antropología han trabajado juntas para resolver las cuestiones concernientes al fascinante y brillante pigmento conocido como Azul Maya. Impermeable ante los efectos químicos o físicos de la intemperie, el pigmento se aplicó en cerámica, escultura y murales en Mesoamérica durante los periodos Clásico y Postclásico (250-1520 después de Cristo), jugando un rol central en la práctica de la antigua religión Maya. Esta inusual pintura azul se usó para pintar a las víctimas de sacrificios humanos y los altares donde eran enviados.

Por algún tiempo, científicos han conocido que el Azul Maya está formado por una combinación química de índigo y el mineral arcilloso paligorskita. Sin embargo, sólo ahora los investigadores han establecido una conexión entre el conocimiento indígena contemporáneo y las antiguas fuentes del mineral.

Representación de Azul Maya

En un documento publicado online en el Journal of Archaeological Science el 16 de marzo de 2012, los investigadores de Wheaton College, el Museo de Campo e Historia Natural, el Estudio Geológico de Estados Unidos, la Universidad Estatal de California en Long Beach y la Institución del Smithsonian, demostraron que el componente de paligorskita en algunas de las muestras de Azul Maya provenían de minas en dos lugares del norte de la Península del Yucatán en México.

La investigación sobre las fuentes de la paligorskita ha estado en curso desde finales de 1960. A través de una combinación de investigación etnográfica y análisis mineralógicos, Dean E. Arnold, profesor de Antropología en Wheaton College y ahora conservador adjunto de Antropología en el Museo Field, descubrió que la paligorskita era bien conocida entre los artesanos de Ticul, Yucatán. Estos mayas contemporáneos usan la paligorskita como un componente clave para la cerámica y prescriben el mineral para propósitos médicos. Los conocimientos indígenas van más allá de las fuentes de la paligorskita: los alfareros extraen el mineral de dos minas en Yucatán, una en Salacuim y la otra cerca de la ciudad de Ticul en una localización llamada Yo’ Sah Kab.

Como parte de su investigación, Arnold observó también la cerámica del Clásico Terminal (800-1000 después de Cristo) y otros signos de un antiguo asentamiento. Esto sugiere que las minas fueron usadas por los mayas como fuentes de paligorskita usada en el Azul Maya. Sin embargo, hacían falta más pruebas para vincular las minas de hoy en día con las de los antiguos mayas.

Entre 1965 y 1997, Dean Arnold y Bruce E. Bohor del Estudio Geológico de Estados Unidos recogieron 33 muestras del mineral de la región del Yucatán. Después de los análisis mineralógicos, fue posible diferenciar entre muestras de paligorskite basándose en su composición, lo que significa que la paligorskita, dentro de las muestras específicas de Azul Maya, podría remontarse a lugares específicos.

Con financiación de la Sociedad de National Geographic, Arnold y Bohor recogieron 167 muestras adicionales de paligorskita de cinco lugares diferentes de Yucatán en 2008. Los análisis de estas muestras fueron entonces comparadas con los análisis del pigmento Azul Maya encontrado en la cerámica original encontrada en Chichen Itzá y Palenque, Yucatán. El material de Chichen Itzá fue recogido por E. H. Thompson y J. E. S. Thompson a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX y es conservado en el Museo Field. Estos objetos fueron analizados por el Fondo para el Análisis Elemental del museo (EAF).

Los análisis confirman que todas las muestras de Azul Maya del antiguo lugar maya de Chichen Itzá, fueron creados con paligorskita derivada de Sacalum, mientras que las muestras de Azul Maya de Palenque podrían ser de Salacuim, Yo’ Sah Kab u otra fuente desconocida.

Utilizando innovadoras técnicas químicas de abastecimiento, hemos desbloqueado datos de colecciones conservadas en el Museo Field durante más de 100 años”, afirma el director EAF y el conservador y jefe de Antropología del Museo Field, Ryan Williams. “Los datos resultantes del estudio muestran la evidencia definitiva de que Slacuim fue una fuente de la paligorskita usada en el Azul maya de Chichen Itzá”, añade Williams.

Al observar que los antiguos mayas podrían haberse visto limitados por la tecnología y usando estos nuevos datos, el autor principal Arnold y sus colegas argumentan que las fuentes de paligorskita de los antiguos mayas se vieron limitadas por la tecnología disponible y el antiguo paisaje. Por lo tanto, Sacaluim y Yo’ Sah Kab, debido a su accesibilidad y tamaño, habrían sido las principales fuentes de paligorskita utilizadas por los antiguos mayas.

En general, este estudio muestra los beneficios clave de la investigación científica llevada a cabo para desentrañar los misterios de la clave de la antigua tecnología”, dice el participante del estudio y conservador del Museo Field, Gary Feinman.

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