Descubren que un dinosaurio que vivió hace 80 millones de años era prácticamente sordo y de movimientos lentos

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Los cerebros fósiles son unos vestigios difíciles de encontrar, pero su análisis es de suma importancia para la ciencia, ya que proporciona valiosa información sobre las características y el estilo de vida de los animales.

Ejemplo de ello son los resultados de la novedosa investigación de un equipo austro-germano de científicos que, gracias al uso de técnicas de imagenología, descubrió que el ‘Struthiosaurus austriacus‘, un anquilosauro que habitó en el actual continente europeo hace 80 millones de años, era de movimientos lentos y prácticamente sordo.

Durante la investigación, los paleontólogos practicaron una microtomografía computarizada para obtener una imagen en 3D de alta resolución de la sección transversal de la caja craneana de la criatura, a partir de la cual estudiaron la configuración y los tejidos cerebrales, así como las estructuras neurosensoriales, de acuerdo a la Universidad de Viena.

Tras analizar las imágenes, los académicos descubrieron que el flóculo, la estructura cerebral responsable de estabilizar los ojos durante el movimiento de la cabeza, era muy pequeño, lo que sugiere que el animal no tenía la capacidad de enfocar los potenciales peligros a su alrededor, por lo que dependía de la armadura de placas y púas óseas que cubría su cuerpo para defenderse de los depredadores y mantenerse a salvo.

Del mismo modo, al estudiar las estructuras del oído interno, descubrieron que el laberinto endoscópico, encargado de mantener el balance al detectar los cambios de posición de la cabeza y estabilizar la mirada durante la locomoción, era muy reducido, lo que podría indicar que el ‘S. austriacus’ no era capaz de realizar movimientos rápidos y mantener el equilibrio.

Asimismo, puesto que la lagena, la sección en donde tiene lugar la audición, es muy pequeña, los expertos infieren que poseía una capacidad auditiva bastante reducida.

«Los cortos canales semicirculares anteriores y laterales angulares, combinados con el conducto coclear de dinosaurio más corto conocido hasta ahora y la falta de un receso flocular, sugieren un estilo de vida más bien inerte sin la necesidad de sentidos sofisticados para el equilibrio y la audición», señalaron los científicos en su investigación, publicada recientemente en Nature

«Estas observaciones concuerdan con un animal que se adaptó a un estilo de vida comparativamente inactivo y con limitadas interacciones sociales», concluyeron.

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