Durante las obras de rehabilitación de la majestuosa fortaleza de la localidad de Palas de Rei en Lugo, el castillo de Pambre, han salido a la luz restos arqueológicos de muy distinto tipo y de muy diversos períodos. Desde la época tardoantigua hasta la plena Edad Media, los descubrimientos realizados durante el proceso de reforma han suscitado la sorpresa de todos, incluido Mario Crecente, el arquitecto que lo dirige.
Un grupo arqueológico dirigido por Santiago Vázquez Collazo ha sido el encargado de las prospecciones en el sitio que trabajaba en la capilla del siglo XI. A pesar de que se trata de una construcción defensiva de finales del siglo XIV, la capilla parroquial es anterior, del siglo XI, y en ella se han encontrado tumbas y enterramientos de diferentes épocas.
Más curioso aún es que, después de excavaciones más profundas, aparecieron estructuras murales de época sueva (cultura que apenas dejó vestigios en Galicia), cerámicas y monedas romanas e incluso otros objetos, como un puñal, pertenecientes a la cultura castrexa o castreña, que se remonta a la Edad de Bronce. El valor del sitio histórico es, por tanto, incalculable, y estas últimas revelaciones podrían constituir una fuente de especial relevancia en el estudio de pueblos tan desconocidos como los castrexos.
Su restauración, dotada con 1,9 millones de euros por parte de la Xunta de Galicia, resulta de vital importancia, ya que su estado de conservación es excepcional al no verse afectado, como otros, por las destrucciones de la revuelta irmandiña del siglo XV. Una vez acabadas las excavaciones en la capilla, se procederá a prospectar el interior.