Se trata de un antiguo mosaico con patrones floreales dentro de figuras circulares y cuadradas, pertenecientes a una iglesia bizantina, la cual fue descubierta en 1980 pero que se enterró nuevamente para preservar el mosaico en su forma original.
El mosaico está ubicado en la zona industrial de la ciudad de Shoham en Israel, específicamente en la región conocida como Shephelah, que durante la época romana tuvo varias villas junto a edificios agrícolas.
Durante la época bizantina esta área poseía la iglesia hallada en 1980, la cual formaba parte de una red de caminos que daba a la zona costera de Shephelah gracias a una carretera. El camino de esta iglesia formaba parte de un sistema de paradas para el descanso y adoración.
Los investigadores señalaron que el mosaico yacía bajo la arena y la maleza propias del lugar.
Sin embargo, gracias al trabajo conjunto entre los científicos junto a los habitantes de la localidad, han logrado desenterrarlo haciendo pensar a los arqueólogos, que el artista responsable del mosaico pudo inspirarse en la naturaleza a su alrededor.