Durante mucho tiempo la fórmula del yeso maya que descuella por su dureza y permanencia en el tiempo, fue objeto de quebraderos de cabeza por parte de investigadores, químicos, antropólogos, etc., que no habían podido dar con la fórmula final, hasta que investigadores de la Universidad de Granada han dado con ella.
Durante diez mil años el yeso fue utilizado para la creación de edificios, monumentos o decoración, mezclando cal con agua, aunque varias civilizaciones incluyeron materia orgánica para fortalecerlo. Esto mismo era lo que hacían los mayas.
Los científicos de la Universidad de Granada analizaron muestras con rayos X, microscopio de luz polarizada, microscopio de electrónica de emisión de escala, los cuales son estudios de alta tecnología, donde los investigadores pudieron ver una firma cristalina que se relaciona con componentes orgánicos.
Con ese conocimiento fueron en busca de albañiles mayas, quienes extrajeron la savia de los árboles Chukum y Jiote, las cuales fueron mezcladas con el yeso creado en el laboratorio, reproduciendo la firma cristalina observada en el yeso maya ancestral.
Develada ya la fórmula del yeso maya, los científicos ahora piensan que este conocimiento puede ser útil para la construcción actual de manera sostenible, es decir, con mayor concordancia con el mundo natural.