El ciervo almizclero ‘Hispanomeryx’ habitó el Vallès-Penedès

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Un equipo de científicos ha hallado restos fósiles de Hispanomeryx en la cuenca catalana del Vallès-Penedès.

Por un lado, pertenecen a un ciervo almizclero de forma derivada del ya conocido H. aragonensis y, por otro, de nueva especie a la que se ha bautizado como H. lacetanus, recordando el nombre que los romanos dieron a los habitantes de la zona del Anoia, los Lacetani o lacetanos.

Esta nueva especie proporciona nuevos datos filogenéticos para rehacer la relación de parentesco de Hispanomeryx, y además demuestra que el origen y distribución filogenética de ciertas estructuras dentarias, en este caso el pliegue paleomerícido, eran mucho más complejos que lo que se creía previamente.

La investigación, publicada en Journal of Vertebrate Paleontology, revela la presencia por primera vez del género Hispanomeryx en dos yacimientos miocenos catalanes de la cuenca del Vallès-Penedès: Castell de Barberà y Ecoparc de Can Mata.

“Probablemente la abundancia de Hispanomeryx en la cuenca catalana era inferior que la de Micromeryx que en el resto de la Península y por eso nos ha pasado desapercibida hasta ahora”, explica Israel M. Sánchez, investigador asociado al Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont que ha encabezado la investigación.

“También es posible que algunos restos fósiles guardados en las colecciones se clasificasen erróneamente en su momento”, comenta el paleontólogo.

Ciervos de grandes colmillos y que producen almizcle

Los ciervos almizcleros (o mósquidos) son un grupo de mamíferos cetartiodáctilos emparentados, a pesar de su nombre vernáculo de ‘ciervos’, con los bóvidos (antílopes, cabras o vacas).

Se caracterizan por la ausencia de apéndices craneales; los machos presentan unos grandes colmillos y una glándula impar situada delante de los genitales que produce almizcle, de ahí su nombre.

En la actualidad están representados por un único género (Moschus) con distintas especies que habitan en zonas montañosas de Asia, desde Siberia hasta Afganistán y Vietnam.

La diversidad y distribución de mósquidos en el pasado era mucho mayor que en la actualidad. Fueron especialmente abundantes en la península ibérica durante el Mioceno (hace entre 23 y 5 millones de años).

Entre las formas identificadas en el registro fósil español destaca el género Hispanomeryx, cuyos restos ibéricos son muy abundantes y bien conservados.

Sin embargo, nunca habían sido identificados en yacimientos del Vallès-Penedès, que son ricos en fósiles de Micromeryx, otra especie de mósquido más emparentada con el actual Moschus que con Hispanomeryx.

Durante mucho tiempo se creyó que la ausencia de Hispanomeryx en yacimientos catalanes era debida a su preferencia por ambientes abiertos, muy distintos a los de los bosques tropicales que crecían durante el Mioceno en lo que hoy es la cuenca del Vallès-Penedès.

Sin embargo, este artículo publicado recientemente por investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) rebate esta hipótesis.

Referencia bibliográfica:

Sánchez IM, Demiguel D, Almécija S, Moyà-Solà S, Morales J, Alba DM. 2019. «New Hispanomeryx (Mammalia, Ruminantia, Moschidae) from Spain and a reassessment of the systematics and paleobiology of the genus Hispanomeryx» Morales, Moyà-Solà, and Soria, 1981. Journal of Vertebrate Paleontology, DOI: 10.1080/02724634.2019.1602536.

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