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El sector de los videojuegos ha vivido una transformación espectacular en apenas dos décadas, lo que le ha permitido multiplicar exponencialmente su facturación y ampliar enormemente la cantidad de jugadores a través de diversas plataformas. Sin embargo, este desarrollo no ha hecho más que empezar y tiene por delante un futuro muy prometedor, algo que se puede apreciar en los últimos movimientos empresariales.
Uno de los mejores ejemplos se puede apreciar en Microsoft, que lleva varios años invirtiendo grandes sumas de dinero en adquirir otras compañías icónicas del sector. La intención de estas compras se centra en aumentar su penetración en el sector del videojuego, tratando de diversificar su contenido para llamar la atención de nuevos perfiles de usuario.
Además, no podemos pasar por alto que la venta de consolas ha pasado a ser una fuente de ingresos complementaria, debido a que lo importante empieza a ser generar una especie de metaverso a través de productos como el Game Pass. De este modo, lo fundamental es que los usuarios establezcan una relación de fidelidad con la compañía, en un proceso de win to win que está suponiendo un éxito rotundo.
Las consolas, en el punto de mira
Esto implica una gran cantidad de incógnitas para un sector que siempre se había asentado en las consolas y en los nuevos lanzamientos, pero que cada vez apuesta de forma más decidida por videojuegos atemporales que se puedan disfrutar desde cualquier plataforma.
Por supuesto, PlayStation seguirá siendo un referente durante la próxima década, pero la tendencia gira hacia nuevas propuestas en las que ganan peso otros dispositivos como los smartphones, las tablets o los propios ordenadores.
Esto supone un beneficio considerable para los usuarios, sobre todo a la hora de alargar la vida útil de estos dispositivos y no tener que invertir tanto dinero para disfrutar de su afición favorita.
Por ejemplo, varias partes de los ordenadores pueden ser reparadas simplemente usando Loctite, ya que este producto nos sirve para volver a pegar las teclas de un computador.
Este tipo de soluciones tan sencillas, implican que no tengamos que depender de la consola, al mismo tiempo que el sector evoluciona hacia elementos multiplataforma.
De esta manera, podemos jugar con mando a través de nuestro ordenador y disfrutar del contenido multijugador con otros usuarios conectados a través de cualquier consola.
Esto era impensable hace unos pocos años, pero se han roto este tipo de barreras y muchas otras desaparecerán a corto plazo. Otra tendencia se centra en la desaparición de los formatos físicos, que también implica una clara apuesta por dispositivos como el ordenador, que suele estar mucho más preparado para descargar y almacenar contenido.
La falta de componentes acelera este proceso
Finalmente, no podemos pasar por alto la falta de componentes, un problema que se ha agravado en estos últimos meses y que ha supuesto una inversión récord por parte de empresas tecnológicas según refleja la consultora Gartner.
Esto empuja a estas multinacionales a pensar en nuevas soluciones, que pasan por no avanzar hacia otra generación de consolas a corto plazo, sino a explorar nuevas vías basadas en metaversos, paquetes de compra que nos ofrecen contenido ilimitado, juegos que no dejan de tener contenido de un año para otro, etc.
Por lo tanto, el futuro de la industria del videojuego está repleto de incógnitas, sobre todo cuando ha dejado de lado su modelo de negocio más tradicional para explorar nuevas vías de desarrollo. Aun así, los pronósticos son positivos y siguen llamando la atención de nuevos jugadores, al mismo tiempo que entran con fuerza en otros mercados emergentes.
Crédito imagen portada: «control!» (CC BY 2.0) by Mark Bonica.
