El primer fósil de la Historia: “Scrotum Humanum”

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El registro oficial del primer fósil de dinosaurio, tuvo como objeto un fémur, y se produjo 1677. En esa época fue interpretado como un «resto petrificado de elefante o de gigante humano” Sí, habéis leído bien, en aquella época aún se creía en la existencia de gigantes fantásticos.

Sin embargo no fue hasta el año1763 que un naturalista, llamado Richard Brookes, describió aquel resto fósil con el nombre Scrotum Humanum. No creo que haga falta traducir este latinismo. ¿Verdad? Muchos de vosotros estaréis pensando la razón de tan curioso nombre. Bien, para despejar la incógnita. El fósil de este fémur guardaba un gran parecido con la forma de unos genitales humanos.

scrotum humanum
El primer fósil de dinosaurio de la Historia: el Scrotum Humanum

La denominación de “Scrotum humanum” ha llegado a ser propuesta como la primera nomenclatura válida de un dinosaurio, pero en su momento, la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica lo descartó, prefiriendo el nombre de Megalosaurus (lagarto enorme), término por el que desde entonces se conoce a un género de terópodos que vivió al final del periodo jurásico en lo que hoy sería Europa, Asia y América.

En los primeros pasos de la paleontología aplicada al campo de los dinosaurios, el Megalosaurio, sirvió de muletilla para intentar clasificar a muchas nuevas especies como el Dilophosaurus, llegándose a cometer grandes errores que, por fortuna, el tiempo y el estudio concienciado de los restos fósiles, ha ayudado a subsanar.

Aunque el descubrimiento del Megalosaurio haya sido considerado el primer hallazgo fósil de un dinosaurio, lo cierto es que muy probablemente estos ya se hubieran encontrado en tiempos pretéritos, si bien aquellos que los descubrieron no entendieron el verdadero significado de las piezas ante las que se encontraban.

De hecho, diversas culturas, desde las tribus indias del Canadá hasta los chamanes neolíticos de Asia central, pasando por los bosquimanos o los normandos, han descubierto y se han interesado por los fósiles de dinosaurios en la antigüedad, aunque sin llegar a comprender su verdadero significado. Incluso, hay quienes sostienen que la concepción del antiguo mito de los dragones y grandes monstruos marinos tendría origen en evidencias fósiles de estos grandes lagartos.

Y en efecto, las primeras interpretaciones fueron de orden mitológico hasta que surgió el concepto de dinosaurio en la Inglaterra victoriana. En 1842, Richard Owen utilizó el término Dinosaurio (en griego) para definir un catálogo de gigantescos reptiles. Antes hacía alusión a que la paleontología se mostró bastante torpe en sus inicios a la hora de estudiar el fenómeno de los dinosaurios. La falta de conocimiento y evidencias fósiles, unidas a cierta reminiscencia de pensamiento mítico, dieron lugar a grandes errores y absurdos que desvirtuaron en gran medida la realidad, no sólo de las diferentes especies de dinosaurios, sino del ecosistema en el que se desarrollaron.

Grabado de William Buckland en 1824 sobre «la extremidad anterior de la mandíbula inferior derecha del Megalosaurus»

Así, por ejemplo, durante décadas se ha creído que los dinosaurios eran mastodontes torpes y estúpidos, monstruos inadaptados que se extinguieron por esta misma razón.

Lejos de esa infantil concepción victoriana, la concepción imperante en nuestros días es bien distinta. La proliferación de restos fósiles, el estudio profundo de sus restos, las nuevas tecnologías de reconstrucción virtual, y algunas películas basadas en verdaderos datos científicos, nos muestran especies de dinosaurios con formas ágiles, veloces y letales (caso del Deynonichus).

El estudio de las últimas décadas también nos ha revelado que muchas especies de dinosaurios eran gregarias, convivían en grupos y hacían uso de una elaborada comunicación y técnicas complejas de caza en manada (de nuevo el Deynonichus o el velociraptor). Además, hoy se sabe que no todos los dinosaurios se extinguieron, sino que muchos evolucionaron dando lugar a ciertas aves modernas.

Es más, hay evidencias de que no todos los dinosaurios estaban recubiertos por entero densas escamas, sino que hubo dinosaurios que poseían huesos huecos como los de las aves y estaban recubiertos de plumas como ellas.

Los dinosaurios tuvieron una extraordinaria diversidad de especies y diferentes adaptaciones, y hoy se estima, que tan sólo se han logrado desenterrar un 30% del total de especies existentes en su momento. Aún queda mucho por descubrir, pero si echamos la vista atrás, a aquellos lejanos tiempos del descubrimiento del “Scrotum Humanum”, seremos conscientes del gran avance científico que su estudio ha supuesto. Sin duda, una zancada digna de un verdadero dinosaurio.

Imágenes: Dominio Público

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