Nos referimos al famoso yacimiento granadino de época romana de los siglos I al VI, que se encontró durante la construcción de un aparcamiento. A pesar de las denuncias realizadas por la Academia de Artes de Granada y otras organizaciones, la Junta de Andalucía ha determinado que se desmonte gran parte del yacimiento y se traslade con el fin de continuar con las obras.
El sitio, uno de los pocos ejemplos de yacimiento paleocristiano con que contamos, se compone de los restos de una antigua casa romana de la alta sociedad, de gran riqueza musivaria; un molino de aceite y una antigua necrópolis que se adscribe a un centro religioso paleocristiano del siglo VI. Se dedujo que estos edificios pertenecían a las afueras de la antigua ciudad de Iliberis o Elvira, que tras el Concilio celebrado en esta ciudad hacia los años 300 a 324, vio nacer una creciente comunidad de creyentes cristianos.
La Consejería de Cultura de Andalucía ha respondido a la lluvia de críticas, que pedían la proclamación del yacimiento como Bien de Interés Cultural, aduciendo que, como sitio arqueológico, los restos ya están protegidos, pues 1.000 de sus 4.000 metros totales serán reconvertidos en un museo in situ en una fecha aún por determinar.
Los restos retirados del sitio se encuentran almacenados y cubiertos de plástico frente al molino de aceite, mientras que los mosaicos se han enviado al Museo Arqueológico de Granada, donde serán procesados. El problema radica en que el museo lleva desde 2010 inoperativo por unas humedades y aún no se ha destinado, aunque sí planteado, una carga presupuestaria para su reparación.