Encuentran cinco ataúdes de plomo en un Convento francés

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Celia López
Graduada en Historia y en Ciencia Política.
Investigadores analizan los restos hallados en un Convento Jacobino de Francia. Crédito: Patrice Gérard, CNRS, Inrap.
Investigadores analizan los restos hallados en un Convento Jacobino de Francia. Crédito: Patrice Gérard, CNRS, Inrap.

Entre 2011 y 2013 un equipo del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas ha realizado una excavación, en colaboración con el Estado en el Convento Jacobino. Dos años después, las investigaciones en curso han arrojado nuevos descubrimientos.

El Convento Jacobino fue construido en 1369, después de la Guerra de Sucesión, señalando la victoria de Juan IV de Montfort, Duque de Bretaña, sobre Carlos de Blois. Del siglo XV al siglo XVII, el lugar fue un lugar importante para peregrinaciones y enterramientos, prueba de esto último son las 800 tumbas que han sido descubiertas por arqueólogos, incluyendo cinco ataúdes de plomo. Uno de ellos contenía un cadáver muy bien conservado y su estudio aporta pruebas poco conocidas de las prácticas funerarias de la élite durante el siglo XVII.

Los cinco ataúdes de plomo datados en el siglo XVII, estaban acompañados de relicarios en forma de corazón. Cuatro de los ataúdes, descubiertos en el coro de la iglesia, guardaban esqueletos relativamente bien conservados.

Los cinco relicarios de plomo que acompañaban los ataúdes en el Convento Jacobino constituían un grupo único de estos objetos en Europa. Todos contenían un corazón y cuatro de ellos tenían inscripciones que revelaban la identidad de los fallecidos. Algunos de los corazones estaban envueltos en vendas y embalsamados con materiales vegetales. Un análisis de las telas, las especies vegetales y algunos órganos han aportado información sobre el proceso de embalsamiento.

Louise de Quengo, Señorita de Brefeillac.

En el sótano de la Capilla Saint-Joseph, el quinto ataúd contenía un cuerpo excepcionalmente bien conservado, el de Louise de Quengo. Se ha podido identificar a esta persona gracias a la inscripciones del relicario del corazón de su marido, Toussaint de Perrien, fallecido en 1649.

Para limitar lo más posible cualquier pérdida de información por la descomposición del cuerpo, el estudio ha sido realizado en colaboración con el Laboratorio Molecular Antropológico de la Universidad de Toulouse y el servicio médico-legal de la ciudad.

Después de escanear el cuerpo entero, la autopsia ha revelado la buena salud de Louise de Quengo y tanto biólogos como genetistas debaten si la causa de su muerte pudo ser una infección.

Estos estudios contribuyen a ampliar la información que se tiene de las prácticas funerarias de aquella época, así como de la Historia de la Ciencia y la Medicina, ya que la extracción del corazón de la difunta ha revelado un gran dominio de las prácticas médicas de operación.

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