Encuentran el retrato del travestido Chevalier d’Eon

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Víctor Muñoz Fernández
Apasionado por la Historia, es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Desde pequeño le encantaba la Historia y acabó por explorar sobre todo los siglos XVIII, XIX y XX.

El comerciante y buscador de piezas artísticas Phillip Mould se encontraba investigando por las salas de venta de la galería Thomas Cornell en Patchogue (Estados Unidos) el pasado noviembre, cuando encontró un arrebatador retrato de lo que parecía ser una mujer con aspecto varonil. El lienzo rezaba: “Retrato de una mujer con una pluma en el sombrero” y se le atribuía al pintor Gilbert Stuart, quien es famoso por haber retratado a George Washington  en la obra que acabó por transferirse a los dólares.

Retrato de Chevalier d`Eon, por Thomas Stewart

Mould pensó que habría algo más detrás de ese cuadro, por lo que lo adquirió en la subasta y lo llevó de vuelta a su galería en Londres para investigar más sobre él. Una limpieza a fondo reveló la fecha y firma del autor original de la obra: “Thomas Stewart, 1792”. Se trata de un pintor inglés del siglo XVIII del que no se sabe mucho hoy en día, pero que a partir de 1780 se hizo famoso por pintar retratos de actores.

Estudios documentales revelan que la errónea atribución de la autoría a Gilbert Stuart viene desde hace tiempo. En 1926, el catálogo de Lawrence Park incluía una pintura que respondía a la misma descripción que el cuadro adquirido por Mould. El propietario original de la obra fue el segundo conde de Moira, Francis Hastings Rawdon, quien coleccionaba cosas exóticas. A partir de su viaje a través del Atlántico, se pierde la pista del cuadro.

La limpieza también sacó a la luz otro detalle: una notable sombra procedente de la nariz de la cara de la dama, muy similar a cierto cuadro que se decía que tenía el conde de Moira del Chevalier d’Eon. Esto demostraría que el que aparece en el cuadro no es otro que Charles Genevieve Louis Auguste André Timothée D’Eon de Beaumont, también conocido como “Chevalier d’Eon”.

d’Eon es un hombre que pasó sus primeros 49 años de vida vestido de forma masculina, luchando en la Guerra de los Siete Años, sirviendo como ministro en Londres en 1763 y fomentando las intrigas políticas como miembro de “Le Secret du Roi”, la secreta red de espías del rey Luis XV. Cuando otro aristócrata fue nombrado embajador, degradando a d’Eon a puestos de secretariado, este amenazó al rey con revelar cartas secretas de la red de espionaje. Su chantaje le funcionó y consiguió una pensión vitalicia en 1766 que duraría hasta 1774.

Ese año, Luis XVI establecería un nuevo pacto con d’Eon por el cual le mantendría la pensión, si este devolvía las cartas y, de forma obligada, iba vestido siempre como mujer. Este último punto era debido a que poco tiempo antes, d’Eon había anunciado que biológicamente era una mujer. El tratado establecía que si se le veía portando ropa masculina, sería detenido.

En 1785 regresó de forma permanente a Inglaterra, llevando ya siempre ropa de mujer, pero sin comportarse como tal. Según los testigos de la época, andaba como un hombre, hablaba como un hombre y tenía todos los vicios masculinos. Aun con todo, su sexualidad fue ampliamente debatida en los círculos sociales, dando lugar a una apuesta sobre la misma en la bolsa de Londres.

Tras la revolución francesa se le denegó la pensión y tuvo que buscarse la vida como espadachín. Daba lecciones de esgrima y exhibiciones a todo aquel que quisiera pagarlas. Esto duró hasta 1796, cuando fue herido de gravedad y tuvo que vender hasta su medallas para poder hacer frente a las deudas que había contraído.

Después de su muerte en 1810, su cadáver fue examinado por el forense para resolver el debate abierto que había en la sociedad. Fue una sorpresa encontrar que sus genitales masculinos estaban completamente intactos. El Chevalier d’Eon estuvo tan asociado a la ambigüedad de género que el psicólogo Havelock Ellis acuñó un término denominado “enonismo” para describir el travestismo y otros comportamientos transexuales.

Aunque existen varios grabados e impresiones sobre el Chevalier d’Eon, el cuadro que adquirió Phillip Mould es la única pintura al óleo que se tiene de él. Con toda seguridad, es el primer retrato de un hombre travestido portando ropa de mujer.

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