Una excavación en la región iraní de Seszabad específicamente el cementerio de Qara Tepe, dieron con un hallazgo de varios huesos humanos y animales, determinando que se trataba de nueve niños junto a algunos fetos, en un lugar de tres capas de profundidad en un área de 5 metros cuadrados.
En esta zona no había un patrón de entierro ordenado, sin embargo si observaron que en cada capa los entierros contenían restos de diferentes animales.
Por su parte, los fetos hallados se encontraron junto a huesos animales resguardados en ollas de barro, siendo una muestra de abortos antiguos.
En la primera capa los investigadores hallaron el esqueleto de un niño y los restos de una cabra de corta edad.
El segundo nivel de excavación contenía los restos de dos caballos adultos de razas distintas, uno de estos animales posee un collar de bronce y la brida de hierro en su boca.
En el tercer grado de la capa, se observaron los restos humanos más deteriorados, hallando también varios restos de fetos humanos, serían ocho personas las que yacían aquí.
Además de los restos humanos, encontraron rastros de una oveja y partes de una cerámica de color guisante.
Uno de los niños enterrados en este cementerio poseía un ajuar funerario más vistoso, como pulseras de bronce, un anillo, collares de marfil, perlas, y piedras, lo que significa que perteneció a un estrato social superior.