El misterio de cómo dos monedas romanas de diferentes períodos llegaron a esta isla del Mar Báltico, ha desconcertado a historiadores, arqueólogos e investigadores, ya que esta isla en medio de la nada no tenía ciudades ni ninguna población, por lo que se desconoce como pararon allí.
Una de las monedas pertenece al período de Trajano entre el 98 al 117 d.C., y la otra a la regencia de Antonino Pío entre 138 al 161 d.C., ambas de plata con un peso aproximado de cuatro gramos, que representaba el sueldo diario de un trabajador de la época.
Sobre su llegada a Gotska Sandon se plantean tres hipótesis, la primera que perteneció a tripulantes de un naufragio antiguo que las dejaron caer.
La segunda hipótesis apunta a comerciantes o viajeros nórdicos antiguos, un planteamiento que tiene lógica debido a que eran ellos, quienes poseían un mayor conocimiento de esta locación.
La tercera hipótesis señala a un barco romano que haya tripulado hasta dicha isla, no obstante, a pesar de que no es descartable esta hipótesis, pareciera ser la más endeble debido a la lejanía del lugar, además de que no había nada de interés allí.
Por ahora, los investigadores continuarán estudiando la isla en busca de indicios para seguir escribiendo la historia de Gotska Sandon.