Arqueólogos que trabajaban en el Parque Nacional de los Muros de Jerusalén encontraron un recibo de piedra, con una datación aproximada de dos mil años, en la que figuran varios nombres junto a números, determinándose que se trata de un recibo.
El hallazgo se encontró fuera de su lugar de origen, pero un estudio detallado de los nombres, símbolos, números y las palabras en él, dan cuenta de que se trata de un recibo con referencias económicas de varias personas de la época.
La clave fundamental para esclarecer el hallazgo es la palabra “mem”, que es una abreviatura de la palabra hebrea para dinero, observándose que al lado de varios nombres figura esta inscripción.
De igual forma, la abreviatura “mem” se encontró al lado de varios números, al igual que “resh” que es una abreviatura para cuartos, lo que terminó de dar forma a la piedra y su utilización como recibo.
El descubrimiento corresponde a la época romana, y se han encontrado en Jerusalén algunos recibos similares en el pasado.