Un equipo que buscaba artefactos explosivos de la Segunda Guerra Mundial en Munich, halló el entierro de una cremación celta de hace 2300 años, encontrándose con unas tijeras que descuellan por su brillo y filo casi intactos, además de una espada doblada deliberadamente.
Las tijeras se hicieron con una técnica muy avanzada de artesanía, lo que ha permitido mantener su brillo y filo hasta hoy, especulando los investigadores que podrían ser funcionales hoy en día.
Acerca del hallazgo los arqueólogos comprenden, que sí bien, el hallazgo podría estar en relación con el oficio de la persona fallecida; no se descarta un uso ritual.
Esto debido a que las tijeras podrían relacionarse, con diosas celtas que realizaban actividades como el hilado o tejido, pudiendo utilizar el difunto esta herramienta en el más allá.
De igual forma, la espada doblada hallada en este entierro podría poseer connotaciones rituales relacionadas con la transición al más allá, pensando los investigadores que era un símbolo de que el difunto (probablemente un guerrero), ya no necesita de su espada para luchar en esta vida.
No obstante, también se piensa que este doblado podría relacionarse con una técnica para evitar a los saqueadores de tumbas; aunque no pueden descartarse en ambos artefactos, explicaciones mitológicas o espirituales.