Esclavos vikingos enterrados junto a sus amos

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Marcelo Ferrando Castro
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Hace unos 1.000 a 1.200 años, un hombre vikingo todavía de unos 20 años fue enterrado en una isla escarpada en el mar de Noruega. Un nuevo análisis de su esqueleto y de otros cuerpos enterrados cerca, muchos sin cabezas, sugiere que algunos de los muertos podían haber sido esclavos que habían sido asesinados para estar en la tumba con sus amos.

craneo esclavo vikingo

La esclavitud se extendió en el mundo vikingo y los científicos han encontrado otras tumbas de esa sociedad que incluyen los restos de los esclavos sacrificados, una costumbre que también practicaba en la antigua China al igual que en otros lugares. Sin embargo, el sitio recientemente analizado es uno de los muy pocos enterramientos vikingos que incluyen más de un esclavo por cada amo enterrado.

Según Elise Naumann, estudiante de arqueología de la Universidad de Oslo que dirige la investigación, “se trata de personas que tenían valores muy diferentes a las nuestros«, A lo que añadió que, «probablemente había muy pocas personas que se encontraban entre las personas más privilegiadas, y muchos han sufrido”.

Para entender la relación entre los enterrados, los científicos midieron varios ratios de los esqueletos de ciertos tipos de átomos de nitrógeno y de carbono que dependen de la dieta que llevaban las personas cuando vivían. El análisis no puede determinar con precisión los alimentos consumidos por los muertos, pero los datos sí muestran que las personas enterradas con sus cabezas habían comido muchas proteínas como la leche o ternera. Las personas decapitadas, sin embargo, tenían una dieta rica en pescados y mariscos.

Las diferencias en la alimentación significan una brecha importante en el estatus social entre los enterrados con y sin sus cabezas”, dice Naumann. Tal vez los que solía comer carne o productos lácteos eran ricos o poderosos, tal vez eran una elite religiosa.

Un análisis de ADN demostró que la mayoría de las personas enterradas en fosas juntas probablemente no eran parientes cercanos, por lo menos a través de sus madres, dicen los investigadores. El maltrato de los cuerpos, los resultados de ADN y las diferencias dietéticas llevó a los científicos a pensar que los cuerpos sin cabeza, pertenecían con mayor probabilidad, a los esclavos.

El estudio de Naumann fue publicado en la revista Journal of Archaeological Science hace unos días.

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