El sitio arqueológico de Meir en Egipto ha arrojado maravillosos hallazgos arqueológicos, que ayudarán a investigadores de diferentes ciencias, a reconstruir la historia y costumbres de los antiguos habitantes egipcios.
La localidad de Meir funcionó entre 2300 al 1800 a.C., como un importante cementerio para personalidades importantes de la ciudad, como alcaldes, sacerdotes, monarcas y la nobleza, en donde se hallaron tumbas hechas en roca, que han arrojado datos interesantes.
Uno de los descubrimientos más importantes es una estructura arquitectónica de gran tamaño, en la que se encontró un patio, chimenea, habitaciones y áreas de almacenamiento; la expedición desenterró todos estos restos.
Un hallazgo que fascinó a los investigadores, fue un compendio de oraciones y súplicas halladas en una de las paredes del edificio. Dichas inscripciones se hicieron con lápiz negro y dispuestas en ocho líneas.
Los arqueólogos piensan que fue para resguardar manuscritos junto a provisiones sacerdotales, ya que las inscripciones se hallaron cerca de estantes de arcilla.
Por su parte, el lugar de los entierros dejó numerosos vestigios arqueológicos, que van desde tumbas o ataúdes antiguos, como ajuar funerario y cerámicas, joyas, estatuillas religiosas, etc.
En una tumba donde yacían los restos de una mujer, los arqueólogos encontraron una máscara junto a varios restos de cobre, incluyendo dos espejos de este metal.
Gracias a estos nuevos descubrimientos, los investigadores podrán escribir una página más de la historia egipcia, relacionada con las costumbres de la vida cotidiana y el mundo de las élites de Meir.