Científicos chinos han lanzado un comunicado donde afirman haber estudiado a 89 individuos de 29 sitios arqueológicos ubicados en la meseta del Tíbet, en busca de conocer mayores datos sobre sus orígenes.
Las conclusiones de este estudio señalan que hace aproximadamente 5100 años, una tribu del norte asiático se mezcló con una población desconocida, la cual no conocía la agricultura ni trajo a la meseta cultivos como el trigo o la cebada.
Además de esto, los investigadores observaron que hace 2500 años hubo una gran variedad de grupos en las zonas del: noroeste, sur al centro, suroeste, las cuales fueron uniéndose poco a poco con el tiempo.
Uno de los hallazgos más interesantes fue el de la presencia de la variante EPAS1, la cual se relaciona directamente con los denisovanos, lo que les habría permitido a estos habitantes haber sobrevivido en ambientes de gran altura, como la meseta tibetana.
No obstante, esta variante atribuida a los denisovanos debió estar presente mucho antes de los 5100 años en que se establecieron, los dos primeros grupos que darían origen a los habitantes del Tíbet.