Un estudio enfocado en vasijas de hace 4.500 años en Siria, ha descubierto que los alfareros encargados de realizar estos objetos de cerámica tanto para uso común como banquetes reales, eran infantes de 7 y 8 años que habían sido entrenados para ello.
Se analizaron un total de 450 vasijas de cerámica en las que hallaron huellas dactilares, lo que demostró que el trabajo infantil no solo es una herencia de la Revolución Industrial de Europa y América, sino que puede rastrearse hasta la Edad del Bronce.
Los investigadores determinaron que los niños eran entrenados para realizar las vasijas de la manera más uniforme posible, aglutinándolos en talleres donde aprendían el oficio.
Un descubrimiento notable que hicieron los arqueólogos es que los niños alfareros desarrollaron creaciones propias fuera de la influencia de sus maestros, es decir, se encontró evidencia que estos niños realizaban figuras y vasijas en miniatura, donde los pequeños dieron rienda suelta a su creatividad e imaginación.