Los avances en ciencia y tecnología han permitido que un equipo de especialistas en genética haya podido combinar datos genéticos con información de ascendencia y diferentes registros de salud, consiguiendo identificar patrones de la inmigración de la ciudad de Nueva York de hace siglos.
Tal como declaró Gillian Belbin, estudiante graduado de la Escuela de Medicina de Icahn, del hospital Monte Sinaí, y también primer autor del estudio: “La ciudad de Nueva York es un importante punto de entrada de inmigración de muchos rincones del mundo, lo que ha hecho que durante muchos años, y aún hoy en día, sea uno de los puntos calientes en este aspecto de todo el mundo”.
“La estructura de la población no es demasiado compleja pero sí muy interesante desde diferentes puntos de vista, donde se incluye la propia genética, algo que están consiguiendo otras ciudades con una gran diversidad en el mundo como pueden ser Shanghái y Londres entre muchas otras”.
Actualmente se encuentran investigando muchos aspectos relacionados con la inmigración a esta ciudad, especialmente las diferencias étnicas, los efectos de la inmigración en los diferentes acontecimientos históricos y las tendencias de las últimas generaciones y siglos pasados.
Para ello se está utilizando una base de datos anónimos que han ido recopilándose a lo largo de la historia así como la genética de unos 32.000 pacientes del hospital Monte Sinaí que se han prestado voluntarios para compartir sus datos médicos con el equipo de investigadores.
De entre los muchos datos genéticos con los que trabajan, hay que destacar que se incluyen aproximadamente cerca de un millón de marcadores en todo el genoma, el cual se va comparando entre los diferentes individuos, así como entre las poblaciones de antaño y las actuales para poder ir determinando los patrones ocultos de parentesco, encontrar correlaciones con genes de gran importancia médica y poder clasificar a los individuos en grupos que comparten diversas características genéticas.
El doctor Kenny, perteneciente a este grupo de investigadores, afirmó que hay algo muy interesante, especialmente entre el pueblo de los Garifuna, oriundo de zonas de América Central y del Sur, quienes llegaron en barcos de esclavos a la ciudad. Éstos habitantes no tenían ninguna evidencia genética de ascendencia europea, lo que deja patente la gran variedad genética que se puede llegar a encontrar en esta ciudad.