Toneri fue un príncipe que no accedió al poder en el período Nara que va desde el 710 d.C., al 784 d.C., convirtiéndose en uno de los gobernantes japoneses más recordados por construir templos dedicados al budismo; aunque hoy su nombre salta a la luz por haberse descubierto su antigua residencia palaciega.
Durante la construcción de un nuevo complejo habitacional en la región japonesa de Nara, los constructores descubrieron los vestigios de un antiguo complejo palaciego, que consta de tres edificios en unos 370 metros.
La técnica de construcción consistió en la colocación de varios pilares de madera, sobre las que se erigen edificios de gran tamaño.
Los tres edificios hallados en el sitio van en una distribución de norte a sur, siendo el de mayor dimensión el encontrado al norte con sus imponentes 20 metros de altura, con varios huecos que sostenían grandes pilares.
Todo encaja con el perfil de una residencia principesca, quienes poseían grandes dimensiones de tierra a su disposición, erigiendo su vivienda en lugares que eran casi ciudades como lo testimonia el hallazgo.
A pesar de todo lo encontrado en este lugar, el conjunto residencial que se está construyendo sepultará bajo el concreto la antigua residencia palaciega del príncipe Toneri.