Historia de las alfombrillas de coche: desde los tapetes prehistóricos a la actualidad

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Marcelo Ferrando Castro
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Todos conocemos las alfombrillas de coche, las cuales no sólo cumplen ciertos criterios estéticos en el interior del vehículo, sino que también, aunque no nos demos cuenta de ello, nos aporta un punto más de seguridad cuando las escogemos buenas.

Hoy en día es de lo más normal que tiendas online como https://www.soloalfombrillas.es/ vendan este tipo de alfombrillas, sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado cuál es la historia de las alfombrillas de coche? ¿Cuándo surgieron? Vamos a intentar despejar estas y otras cuestiones sobre un elemento adicional con una historia más extensa de lo que imaginamos.

La historia de las alfombrillas (tapetes)

Pero antes de entrar en materia con las destinadas a los coches, es interesante conocer la historia de los tapetes y para ello, debemos remontarnos unos cuántos miles de años atrás en el tiempo.

Prehistoria: el surgimiento

Hay varios arqueólogos e historiadores que datan el origen de los tapetes en el Paleolítico, hace 25.000 años, en donde los humanos podrían cubrir sus suelos con diferentes fibras y cortezas.

Aunque aún queda alguna duda sobre ello, sí es cierto que se han encontrado revestimientos de cortezas, lo que indica que esta idea no es para nada descabellada.

El arte de tejer en las primeras civilizaciones

Con el paso de los siglos se desarrolló la práctica del tejer y los elementos más frecuentes para realizarlo eran la paja o los juncos (entre otros), los cuales eran moldeados y tejidos para crear ropa, cestas e incluso tapetes, como las alfombrillas trenzadas de juncos encontrados en Mesopotamia de hace unos 6.000 años de antigüedad.

Las esteras de la Antigüedad

En la antigüedad también encontramos esteras, las cuales eran también tapetes pero que se utilizaban no para pisar sino para dormir sobre ellas, siendo las primeras de juncos y posteriormente, comenzaron a elaborarse con hilo de lana tejido entre sí.

Estas esteras fueron utilizadas a lo largo de los siglos y hasta bien entrada la Edad Media, momento en el que comienzan a mejorarse las técnicas y aparecen nuevos materiales.

Siguiendo el hilo de las esteras, no podemos dejar de lado las de los tatami de Japón, las cuales fueron adoptadas por los nobles del territorio a partir del siglo IX, los cuales se elaboraban de paja, arroz o junco.

Inicialmente eran destinados para la aristocracia, aunque en el siglo XVII su uso se extendió a toda la sociedad.

El siglo XIX: el surgimiento de las alfombrillas

A comienzos del siglo XIX se originó un nuevo estilo de revestimiento de suelos, empleando en ellos los desechos de los telares tradicionales.

Los zarcillos (hilos desechados), eran utilizados junto con una base tejida de paja u otro material resistente y el resultado se empleaba como alfombra. Esta técnica se conoce como “gancho de alfombra”, y fue muy popular principalmente en Inglaterra.

Pero en este siglo también comienza su popularización y su expansión a casi todas las casas, empleándose en ellos todo tipo de materiales, principalmente paja, arpillera, lona y yute. Junto con la propia evolución y el descubrimiento de nuevos materiales, entre ellos los derivados del petróleo, surgieron nuevos tipos de revestimientos de suelo, especialmente de caucho y goma.

Entender este proceso es complejo pues juegan varias aristas en diferentes momentos históricos, así que intentaremos explicarlo de la mejor manera posible.

En el año 1839, Charles Goodyear creó el caucho vulcanizado, aunque la primera patente sobre este proceso recae en Thomas Hancock. Básicamente, la vulcanización consiste en calentar el caucho crudo en presencia de azufre. Esto hace que el material se haga más duro y más resistente.

Este descubrimiento, sea quien sea el inventor original, podría haber sido accidental, pero no es el hecho de que es un proceso que ya existía aproximadamente desde el año 1600, y lo realizaban algunas sociedades mesoamericanas.

Los Aztecas, los Olmecas y la “vulcanización”.

Para poder entender este proceso, debemos remontarnos al descubrimiento de América, cuando vemos que los nativos del continente (Olmecas y Aztecas principalmente), ya curaban el caucho en un proceso similar al de la vulcanización.

En su caso, si bien no fue posible comprender cómo era que lo conseguían ni cuál era la química que estaba detrás de ello, sí hay muchos testimonios y evidencias varias que muestran cómo lograban fabricar un material muy duradero y similar a los cauchos modernos, cuando mezclaban el látex natural con el jugo de algunas vides.

El siglo XX y el XXI: las alfombrillas de coche

A partir del siglo XX los procesos cambian, se hacen mucho mas rápidos y funcionales y los resultados son cada vez más óptimos. No sólo fueron integradas en los vehículos con el fin de aportar un toque estético al interior del coche, sino que además cumplen una función muy importante en cuanto a seguridad.

Si la alfombrilla está muy bien cuidada, limpia y con su estructura perfecta (es decir, que cuadre perfectamente con el sitio destinado a ella), no permitirá que nuestro pie resbale o se mueva en un a zona delicada. Nos asegura un agarre especial en el pie que nos permite tener una mayor seguridad a la hora de la conducción.

En la actualidad, las alfombrillas más utilizadas son de goma, de PVC o de moqueta, aunque en coches de gama alta las podemos encontrar de cuero o lana.

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