Historia de las apuestas deportivas

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Tal como conocemos las apuestas deportivas hoy en día, el desarrollo de las disciplinas deportivas y la tecnología ha influenciado en la evolución actual , debemos remontarnos a cientos de años atrás.

A pesar de que se comenzaron a masificar en la Inglaterra del siglo XVIII, su verdadero origen lo encontramos con los Juegos Olímpicos, que se conocen hoy como Olimpiadas, en las que cada cuatro años, los griegos celebraban encuentros deportivos y al igual que en los encuentros actuales, los espectadores también apostaban a los posibles ganadores de cada disciplina deportiva.

Cuando el Imperio Romano fue abarcando todos los rincones y playas del mar mediterráneo, el colosal Imperio  llevo las apuestas a la última playa del Mediterráneo y aparecieron las apuestas en las carreras de cuadrigas y en los combates de los gladiadores.

Luego de la caída del Imperio. A mediados de la Edad Media, las apuestas relacionadas con deportes otorgaron popularidad a los torneos de caballeros o en las competencias de tiro al blanco, deportes muy populares en esa época, al igual que en las justas o los torneos de lanzamiento de cuchillos, donde también se popularizaron las apuestas.

Las apuestas de caballos y el boom ingles

El auge de las apuestas comienza hacia finales del turbulento siglo XVIII y se va desarrollando al comenzar el siglo XIX, cuando el furor de las puestas toma vuelo.

En Reino Unido en 1780 se comienzan las apuestas en las carreras de caballos que apasionan a los amantes hípicos hasta hoy en día. 230 años y muchos más, las apuestas de caballos siguen siendo uno de los productos más valorados en las casas de apuestas y en los propios hipódromos, especialmente en los países anglosajones y latinos.

Se abrieron las primeras casas para apostar y a estas carreras se sumaron los galgos que en su momento compitieron en popularidad.

El Royal de Ascot se encumbró como un evento social aristocrático, donde las apuestas millonarias dieron realce al gran evento plagado de aristócratas y celebridades.

Aparecieron las apuestas en los diarios londinenses, donde llegaron a crearse secciones exclusivas para apostar.

A mediados del siglo XIX las apuestas de deportes cruzaron raudas el Atlántico y llegaron a América, donde resultó un éxito arrollador y al comienzo de los locos años 30 se hicieron populares en casi todos los países europeos.

Reino Unido sigue siendo la meca de las apuestas, pero también tienen lo suyo países como Canadá y Estados Unidos, quienes a principios de siglo implementaron las primeras apuestas deportivas online, las cuales gracias al vertiginoso desarrollo tecnológico no tardaron en expandirse por todo el planeta.

Inmediatamente todas las casa de apuestas se mudaron a la red e Internet sirvió como la vía perfecta e inmediata para apostar al posible ganador en cualquiera de las disciplinas deportivas.

Internet logro fidelizar aún más a los clientes que entonces pudieron apostar en línea, facilitándose los mecanismos y procedimientos, con lo que el ámbito y la industria del juego han logrado desarrollar volúmenes de negocio en el juego que sorprenden a los más apáticos.

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