Historia de Yugoslavia, de la unidad a la ruptura

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Celia López
Graduada en Historia y en Ciencia Política.

Los Balcanes son un territorio con una importante mezcla cultural y de identidades políticas distintas. El elemento de unidad de estas diferentes identidades es que son territorios poblados principalmente por habitantes de lengua eslava.

En el siglo IV, el emperador Justiniano decidió la división del Imperio romano en dos hemisferios, el griego y el latino y la frontera quedó fijada en lo que hoy se conoce como los Balcanes occidentales, en el territorio de la actual Bosnia. Siglos más tarde esa zona fue el lugar de enfrentamiento entre el Imperio austro-húngaro y el Imperio otomano.

Al ser un lugar fronterizo en los Balcanes se utilizan dos alfabetos, el cirílico introducido por los misioneros greco-bizantinos y el latino. Además hay tres etnias variantes: serbios, croatas y musulmanes (bosnios). Aunque hay numerosos elementos culturales en común,  la religión es un elemento diferenciador en donde hay cristianos ortodoxos, cristianos católicos y musulmanes.

Se han dado diferentes configuraciones política en virtud de esta diversidad que han estado enfrentadas entre sí a lo largo de la Historia, pero en varias ocasiones del siglo XX estos grupos étnicos llegaron a organizarse bajo un mismo Estado.

La conformación de un proyecto común balcánico

Desde finales del siglo XIX y XX, nacionalistas eslavos que pertenecían a la intelectualidad comenzaron a reflexionar sobre cómo debía ser la organización política de los Balcanes, se perfilaron dos corrientes: los partidarios de la Gran Serbia, formada por el Reino de Serbia, que incluiría a Bosnia-Herzegovina, un tramo de la costa adriática y parte de Croacia y Eslovenia, y por otra parte, el proyecto Yugoslavo.

El proyecto Serbio era centralista y monárquico, preveía que fuera la dinastía Karadordevic la que ocupase el trono, y el proyecto Yugoslavo abogaba por la formación de un Estado federal y era defendido por bosnios, eslovenos y austro-húngaros.

Los defensores del modelo federal argumentaban que las comunidades balcánicas habían sido un único pueblo en la Edad Media y por lo tanto debían restar importancia a las diferencias que los separaban, las religiosas en particular, y aunar fuerzas en la construcción de un Estado federado.

La creación de Yugoslavia tuvo al lugar al finalizar la Primera Guerra Mundial y tras la descomposición de los Imperio centrales. El Estado de Yugoslavia fue proclamado de manera apresurada, cuando los debates sobre el modelo de Estado no estaban cerrados y no había un consenso de cómo estructurar políticamente la unión de los eslavos, pero aún así, el 1 de diciembre de 1918 se proclama Yugoslavia, con la dinastía serbia Karadordevic en el trono, con Alejandro I.

alejandro i serbia
Alejandro I de Serbia.

Las tareas del nuevo gobierno incluían cohesionar el país política y económicamente, de gran complejidad debido a la diversidad de nacionalidades y religiones, y además era un país muy heterogéneo desde el punto de vista económico, por poner un ejemplo, en el norte el analfabetismo rondaba el 10% y en el sur superaba el 80%.

En 1928 se produjeron las primeras tensiones entre el nacionalismo serbio y el resto de nacionalidades del país después del asesinato de Stjeoan Radic, que era el líder del Partido Campesino Croata.

Ante tal situación, el 6 de enero de 1929 el rey dio un golpe de Estado contra sí mismo, derogó la Constitución e instauró una dictadura personal, se cambió el nombre por Reino de Yugoslavia y se decretó una nueva organización territorial obviando las nacionalidades históricas y con una visión geopolítica centrada en la Gran Serbia, como eje predominante de la nación.

Alejandro I finalmente fue asesinado en Marsella por un búlgaro con la ayuda de facciones croatas en el exilio, le sucedió su hijo Pedro II pero debido a que era muy joven para gobernar, el príncipe Pablo gobernó el país hasta 1941 cuando hubo un golpe de Estado a causa de su política pro-alemana, por lo que Pedro II accede de manera anticipada al trono.

El golpe supone un desafío de la población contra Adolf Hitler, que a partir de ese momento se decide a tomar el control de Yugoslavia para apartarla de la Unión Soviética. El Reino de Yugoslavia termina el 6 de abril de 1941, cuando la Alemania nazi bombardea Belgrado y el país es invadido por Alemania, Italia, Bulgaria, Hungría y Rumanía. 

La Segunda Guerra Mundial

Yugoslavia fue invadida en todas sus fronteras durante la Segunda Guerra Mundial, salvo la que compartía con Grecia y el país desapareció de facto. Se conformaron dos regímenes títeres: el Estado Independiente de Croacia y el Gobierno de Salvación Nacional de Serbia. El 17 de abril de 1941 se firmó la capitulación y el rey Pedro II y el Gobierno de la nación se exiliaron a Londres.

Italia ocupó el sur de Eslovenia, parte de Dalmacia y Montenegro. Albania se anexionó el Kosovo y el oeste de Macedonia. Alemania se apoderó del norte de Eslovenia y el Banato. El Estado Independiente de Croacia incluía Bosnia-Herzegovina y la Sirmia. Serbia quedó bajo ocupación alemana. La Voivodina quedó bajo control húngaro y Bulgaria ocupó, sin anexionarse formalmente, la parte oriental de Macedonia.

Un antiguo coronel del ejército llamado Dragoljub Mihajlovic empezó a construir lo que sería la resistencia a la ocupación, los chetniks, que eran combatientes serbios de tendencia nacionalista monárquica y serbia, fueron los primeros en organizar la resistencia contra los alemanes y sus aliados. Josip Broz, el Mariscal Tito, un comunista croata creó un movimiento de partisanos de carácter antifascista que buscaba coaliciones con otros grupos de la resistencia del país.

El Ejército que organizó Tito no recibió ninguna ayuda por parte de los aliados, pero a pesar de ello obtuvo dos victorias frente a los invasores del país en las batallas de Veretva y Sutjeska. A partir de 1943 las fuerzas de resistencia de Yugoslavia empezaron a coordinar sus acciones con las de los aliados en el Mediterráneo. Tras la capitulación de Italia, el Ejército de Liberación Nacional de Yugoslavia desarmó a las divisiones italianas.

En otoño de 1943 el Ejército de Liberación Nacional de Yugoslavia estaba compuestos por unos 300.000 hombres que estaban organizados en 27 divisiones, además de numerosas brigadas y destacamentos partisanos que controlaban más de la mitad del territorio yugoslavo.

Durante la Conferencia de Teherán, los líderes de los aliados Churchill, Stalin y Roosevelt, deciden apoyar a los partisanos yugoslavos con abastecimiento material y en las operaciones de los comandos.

Los partisanos de Tito, en colaboración con el ejército soviéticos, liberaron Belgrado el 20 de octubre, aunque los alemanes aguantaron en algunos lugares de Bosnia, Croacia y Eslovenia hasta mayo de 1945.

Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial fueron desastrosos para los territorios que habían conformado Yugoslavia. Perdieron la vida un total de 1.706.000 personas, uno de cada 10 habitantes, y muchas ciudades quedaron en ruinas.

El período socialista

Tras la Segunda Guerra Mundial, los partisanos que habían derrotado a los nazis se encargaron de la reestructuración del país. El 29 de noviembre de 1946 se proclama la República Federal Socialista de Yugoslavia, que se estableció como Estado socialista y que estaba formado por las repúblicas socialistas de Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia. La Constitución yugoslava de 1974 acentuaba el carácter socialista y federal de la República, puesto que se aumentaba la autonomía de las repúblicas que componían el país.

Josip Broz mariscal Tito
Josip Broz, el mariscal Tito.

La muerte de Josip Broz, el Mariscal Tito, el líder partisano que dirigió el país con mano de hierro, en 1980 dejó un gran vacío en la dirección de la Federación de Yugoslavia.

Se abrió un enfrentamiento en el seno del Partido Comunista, que tenía el control absoluto de las estructura del Estado, y además había ciertas tensiones entre las regiones más desarrolladas y aquellas que habían mantenido un sistema de producción más arcaico, en 1945 la renta de Eslovenia era tres veces la del Kosovo y un cuarto de siglo después, era de seis a uno.

Como no se encontraba un líder aceptado por todas las partes, la Liga de los Comunistas de Yugoslavia determinó el carácter rotatorio de la presidencia, pero los dirigentes locales no eran capaces de mantener una vinculación efectiva del partido, y empezaron a adoptar un discurso nacionalista.

Tensiones nacionalistas tras la caída del Muro de Berlín

Cuando Slobodan Milosevic, elegido presidente de Serbia, recibió el poder rotatorio de la Federación en 1987, ejerció sus labores con cambios muy bruscos: transformó la Liga de los Comunistas de Yugoslavia en el Partido Socialista Yugoslavo, cambió la doctrina del Ejército Popular Yugoslavo porque centralizó toda la dependencia y eliminó la autoridad del resto de presidentes de la otras repúblicas, redujo la autonomía de Kosovo y acordó con Franjo Tudjman, presidente croata, el reparto de los territorios bosnios en favor de Serbia y Croacia.

El proyecto fracasó cuando las milicias serbias tuvieron que enfrentarse con los independentistas croatas y Milosevic trató de anexionarse a Serbia la región croata de Krajina, lo cual condujo al definitivo estallido de la guerra.

En Kosovo fue donde primero saltaron las tensiones nacionalistas. La crisis económica que se produjo en toda Yugoslavia provocó una migración de las zonas rurales hacia las grandes ciudades. En Kosovo la población serbia se retiró e incrementó el peso de los albaneses, únicos no eslavos de Yugoslavia, demandando más autonomía la que fue negada desde Belgrado.

El nacionalismo serbio empezó a denunciar la persecución de los serbios en Kosovo, poco a poco se fue alimentando el discurso nacionalista serbio que identificaba Yugoslavia con Serbia y proclamaba su superioridad respecto a otras comunidades del país y el derecho a dirigir Yugoslavia. Milosevic supo agrupar a todos los serbios en torno a la causa común de la Gran Serbia, independientemente de dónde vivieran dentro de Yugoslavia.

Las minorías serbias de Croacia y Bosnia exigieron un reconocimiento identitario y reclamaron territorios autónomos para ellos. Desde Belgrado se empujaba al reconocimiento de las minorías y el resto de repúblicas del territorio denunciaban el expansionismo de la Gran Serbia.

Durante el XIV congreso extraordinario de la Liga de los Comunistas en enero de 1990 se vivió un claro enfrentamiento entre las delegaciones de las distintas regiones, la croata y eslovena pedían más descentralización mientras que la serbia, que contaba con el apoyo de Kosovo, Voivodina, Bosnia y Montenegro, era partidaria de más centralización en su favor.

Las delegaciones de croacia y eslovenia abandonaron el Congreso y convocaron elecciones legislativas para abril y mayo de ese año, que ganaron dirigentes ex-comunistas ahora reconvertidos en líderes nacionalistas. Toda la comunidad federal se veía salpicada por el nacionalismo creciente de las diferentes repúblicas que la conformaban.

Serbia, la república más extensa, rica y poblada buscaba poner toda Yugoslavia bajo su dominio, y las otras repúblicas reaccionaron con el mismo discurso nacionalista.

La Guerra de los Balcanes (1991-2001)

Durante diez años se produjeron en la antigua República de Yugoslavia un conjunto de conflictos, encadenados e interconectados con dramáticas consecuencias para sus habitantes. Unas repúblicas se enfrentaron con otras e incluso comunidades minoritarias dentro de los nuevos Estados creados que se identificaban más con la república de al lado que con la propia.

Murieron unas 300.000 personas en las sucesivas guerras de descomposición de Yugoslavia y entre 2,5 y 4 millones de personas resultaron desplazadas, los daños económicos fueron tremendos porque hubo ciudades que se destruyeron enteras y también infraestructuras de transporte e instalaciones fueron seriamente dañadas.

Aparte de las guerras civiles entre las distintas repúblicas, durante los conflictos se produjeron todo tipo de limpiezas étnicas. Al final de las guerras, sus principales protagonistas fueron acusados de genocidio y juzgados por crímenes de guerra.

Cuando las guerras terminaron, Yugoslavia ya no existía y había cinco nuevos países en Europa: Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, República de Macedonia y Serbia y Montenegro, que posteriormente se separarían en 2006 .

Fuentes utilizadas:

«Historia del Mundo Actual. De la caída del Muro de Berlín a la Gran Recesión». Juan Avilés e Isidro Sepúlveda.
«Breve Historia de la Guerra de los Balcanes». Eladio Romero e Iván Romero
«Sic Semper Tyrannis: Magnicidios en la Historia». Fernando Díaz Villanueva
«La contribución de Yugoslavia en la victoria sobre el fascismo». Stanislav Stojanovic

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