Recientemente se descubrieron en China una biblioteca de inscripciones de oráculo en huesos, que estaban situados muy cerca de la capital de la dinastía Shang, las cuales predecían muertes, nacimientos, cosechas, resultado de la guerra o interpretación de los sueños.
Estas inscripciones se realizaban en huesos o caparazones de tortuga, con la finalidad de preguntar a los antepasados sobre el futuro.
Las inscripciones se hacían rasgando con un atizador caliente que agrietaba el hueso o el caparazón, que luego serían leídos por un especialista familiar, por lo general se hacía en familias gobernantes.
Posteriormente, los resultados de las lecturas eran escritos en la superficie del hueso o caparazón que ahora era un oráculo.
Estas inscripciones son el corpus más antiguo de la actual escritura china, sobreviviendo desde hace más de dos milenios, siendo el ancestro principal de las lenguas escritas chinas, por lo que a diferencia de otras escrituras ancestrales, este sistema escrito continúa con vida.