Kennewick Man: resolviendo una disputa científica

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Celia López
Graduada en Historia y en Ciencia Política.
Kennewick man
Kennewick man

Un esqueleto de 8.500 años de antigüedad descubierto en 1996 en el Estado de Washington ha provocado una agria discusión entre los nativos americanos y los científicos.

Los análisis que se realizaron al esqueleto, conocido como ‘Kennewick Man’, se parecía a las poblaciones japonesas, polinesias o incluso europeas, por lo que se afirmó que no era un ancestro de los nativos americanos, lo que provocó que el esqueleto no fuera repatriado, tal y como habían pedido un grupo de nativos americanos.

Un nuevo estudio, basado en la secuencia del genoma del esqueleto ha revelado que realmente tiene más en común con los nativos americanos que con cualquier otra población del mundo. El estudio ha sido dirigido por la Universidad de Copenhague y ha sido publicado en internet en Nature.

Cuando se descubrió el esqueleto en 1996, los análisis craneales indicaban que se trataba de un euro-americano. Las pruebas de radiocarbono determinaron que la edad de los huesos eran de entre 8.000 y 9.000 años de antigüedad, por lo que se trataba de un individuo de la era precolombina. Este hecho condujo a una batalla legal por los restos del esqueleto.

Las tribus que pueblan la región donde fue encontrado el ‘Kennewick Man’ pidieron que les fueran entregados los restos para un nuevo enterramiento basándose en el que era un nativo americano y, por tanto, un ancestro para ellos. El cuerpo de ingenieros del ejército de Estados Unidos, que administra el lugar donde fue encontrado el esqueleto, estaba preparado para hacerlo.

Sin embargo, se bloqueó la operación debido a la demanda de ocho científicos que cuestionaron la identidad de nativo americano del esqueleto y provocaron revuelo acerca de su identidad. Esta demanda dañó a la comunidad antropológica en su relación con los grupos de nativos americanos y desencadenó una división entre la comunidad científica. La disputa legal terminó en 2004 con un fallo a favor de un estudio más detallado, ese estudio fue publicado en 2014.

‘Kennewick Man, un ancestro americano.

El estudio realizado en 2014 incluyó análisis isotópicos y anatómicos y se concluye que el esqueleto se parece a las poblaciones pacíficas de Japón y la Polinesia y también tiene rasgos morfológicos europeos, lo que refuerza la tesis de que es anatómicamente distinto de los nativos americanos.

Sin embargo, el estudio no incluye análisis de ADN, lo que hubiera provocado que se realizase un nuevo estudio de la secuencia del genoma. El director del estudio es un genetista y profesor de la Universidad de Copenhague, que ha comentado lo siguiente:

Comparando la secuencia del genoma del esqueleto con el genoma de poblaciones humanas actuales de todo el mundo, se muestra claramente que los nativos americanos de hoy son claramente sus parientes más cercanos.

El rechazo de la hipótesis

Otros científicos han rechazado la hipótesis de que el esqueleto estuviera emparentados claramente con los nativos americanos. Morten Rasmussen, investigador del ‘Centre for GeoGenetics’, ha comentado que el ADN estaba demasiado degradado como para llegar a ese tipo de conclusiones. Ramus Nielsen, profesor de la Universidad de California (Berkeley) afirma que es muy difícil emparentar unos restos humanos de tanta antigüedad.

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