Las bases para el surgimiento de las civilizaciones del Cercano Oriente fueron asentadas por la invención de la agricultura hace aproximadamente 10.000 años. Sin embargo, existen distintas versiones sobre el modo en que esto ocurrió.
Algunos piensan que todo empezó en un lugar del Mediterráneo y desde ahí se extendió, y otros, se basan en la idea de que empezó en una multitud de lugares independientes. Esta última hipótesis parece ser la más creíble gracias a los descubrimientos que se han realizado en Irán basados en una agricultura temprana.
Durante los últimos años las investigaciones realizadas en los lugares pertenecientes a la Media Luna Fértil, como son el moderno Israel, Siria, Palestina, Jordania y Turquía, han sugerido que nuestros antepasados cazadores-recolectores empezaron a plantar semillas de las familias de las leguminosas y cereales hace 13.000 años.
Hasta hace poco los arqueólogos iraníes a pesar de haber descubierto una aldea hace 15 años, Chogha Golán en las estribaciones de las montañas de Zagros en el oeste de Irán, no habían podido profundizar en las investigaciones debido en gran parte a la Revolución Islámica.
Una nueva excavación durante los años 2009 y 2010 descubrió pruebas que certificaban cierto procesamiento de las plantas, incluyendo objetos como morteros y piedras de moler. Se mostró una datación por radiocarbono del sitio de aproximadamente 12.000 años o incluso más tarde.
Después de todo el equipo de arqueólogos ha concluido en que la llegada de la agricultura en Chogha Golán y en el Creciente Fértil del este, se desarrollaron como sucesos independientes y por lo tanto esta actividad no fue única de un lugar.
